El padre ambicioso

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0595r

Informantes

Recopiladores

Notas

La informante indica que el título es Un hombre que trabajaba.

Bibliografía

IGRH: 5059

Otras versiones de "El padre ambicioso"

Alguacil González (2012: pp. 74-75); Alonso Fernández et alii (2017: n.º 11); Atero Burgos (2003: n.º 163); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1995: n.º 34); Ferrer-Sanjuán (1993: n.º 36); Manzano Alonso (2003: pp. 723-724); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 208); Moreno Moreno (2016: n.º 143); Pimentel García (2020: n.º 549); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: p. 140-141); Trapero (2000a: n.º 191).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Un hombre que trabajaba     en el muelle de Sevilla
tan solo tenía una hija,     como las mil maravillas.
Un día que fue esa hija     a llevarle la comida,
se enamoró un caballero     al verla tan guapa y linda.
—¿Esa es tu hija, Francisco?     —le dice en estas palabras—.
—Esa es mi hija, José.     —Pues tienes una hija guapa.
De buena gana, Francisco,     con tu hija me casaba;
ni a ti ni tu bella hija     os faltaría de nada.
—Tiene novio, don José,     y lo tiene en el servicio;
honrado y trabajador,     y lo quiere con delirio.
—Tú le dices a tu hija     que lo que tiene que hacer
es casarse con un hombre     que tenga para comer.
—Me retiro, gran señor,     y a mi hija se lo diré,
y con lo que ella me diga     la contestación traeré.
 —Si supieras, hija mía,     la dicha que traigo a casa,
que te ha salido una suerte,     que has de ser afortunada.
¿Has visto aquel caballero     que conmigo platicaba?
Se ha enamorado de ti     y has de ser afortunada.
—¿Cómo quiere usted que olvide     a un hombre que tanto quiero?
De ser una miserable,     olvidar por el dinero.
¿Cómo quiere usted que olvide     si la palabra le di,
cuando al servicio se fue,     esperarlo hasta morir?
—Tú harás lo que yo te mande,     y si no te mataré,
y donde no sepa nadie     tu cuerpo lo enterraré.
—Estoy por obedecer     y hacer lo que usted me manda,
aunque el día de mi boda     me vea usted desgraciada—.
Viendo que esto iba en serio     y la boda se acercaba,
cogió la pluma y papel     y pronto escribió una carta:
“Sabrás, querido Manuel,     al escribirte esta carta,
al pronto que la recibas     verás en breves palabras:
quiere mi padre casarme     con un rico millonario;
vienes, si quieres salvarme,     si te encuentras licenciado.
Quiere mi padre casarme,     ¡qué desgraciada Isabel!;
vienes, si quieres salvarme,     y no me dejes, Manuel”.
Llegó el día de la boda     y a la iglesia la llevaron;
un vestido, no había otro,     zapatos de oro bordado.
Mientras la boda en la iglesia,     Manuel al pueblo llegó,
y se ha encontrado a un amigo     y el caso se lo contó.
Yendo Manuel pa la iglesia,     con la boda se encontró,
y lo ha visto la Isabel     y a su cuello se abrazó.
Y llorando le decía:     —No llores, blanca azucena,
que ya está aquí tu Manuel,     ya tienes quien te defienda.
A esta mujer me la llevo,     me la llevo porque es mía;
y el que se opusiera a ello     con él me juego la vida—.
La ha cogido de la mano     y a su casa la llevó;
como si fuera una hija,     su madre la recibió.
Ya se casaron los dos     y vivieron muy felices,
y el pobre de don José     se arrancaba las narices.

Resumen de "El padre ambicioso"

Una muchacha mantiene una relación formal con un joven honrado. Cierto día, ella acude al muelle para llevarle comida a su padre, que trabaja allí como obrero. Un caballero rico se prenda de ella y la pide en matrimonio a su padre. En un principio, el padre le explica al señor que la muchacha tiene novio y que este se encuentra en el servicio militar. Finalmente, el rico convence al padre, que obliga a su hija a casarse contra su voluntad, amenazándola de muerte. La chica escribe una carta a su novio donde le informa del caso. El muchacho aparece el día de la boda y ambos escapan.