El reencuentro

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0603r

Informantes

Recopiladores

Notas

v. 8a: "Y estando un día bailando".
v.9b: "y a ella le tiró el sombrero".

Agradecemos la valiosa ayuda de Fuensanta Aranda Gómez, quien nos puso en contacto con los informantes para la realización de esta entrevista.

Bibliografía

IGRH: 0000

Otras versiones de "El reencuentro"

Alcalá Ortiz (2006: pp. 35-37); Alguacil González (2012: p. 62); Alonso Fernández et alii (2017: n.º 60); Atero Burgos (2003: n.º 271); Benítez Sánchez (2000: p. 284); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1995: n.º 4); Hernández Fernández (2010: n.º 72); Higueras Martínez y Aguilar González (2000: pp. 155-156); Manzano Alonso (2003: 514-515); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 209); Pimentel García (2020: n.º 613).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Y al albañil lo llamaban     envidiándole la suerte
de lo bien que se llevaban:
—Antonio, si usted supusiera     de lo que me he enterado;
que su mujer no es muy buena     y a usted lo está traicionando—.
En aquel mismo momento     (y) a su hija la besaba
y llorando le decía:     —Vas a ser muy desgraciada—.
Antonio marchó a Segovia     y ha hecho (…)

[Com.: Él se fue a Segovia, hizo una compañía grande y la niña se fue de pueblo en pueblo con una compañía grande porque la niña quería ser artista y el teatro le gustaba].

Una noche en el teatro     se le acerca un caballero
y cuando estaba bailando     fue y le tiró el sombrero.
—¡Qué guapa que eres, muchacha!     Te llamo para decirte
que si te casas conmigo     los dos seremos felices.
—En este mismo momento     no le puedo contestar;
el asunto es muy serio     y lo tengo que pensar.
—Pues dime cómo te llamas     y del pueblo donde eres
para escribirle (…)
—Me llamo Isabel Fernández     y mi madre, Encarnación.
Soy del pueblo de Marchena,     mi padre me abandonó—.
Y el padre al oir aquello     al suelo muerto cayó.

Resumen de "El reencuentro"

Un matrimonio vive feliz con su hija. Las vecinas, que envidian su dicha, le cuentan al marido que su mujer no le es fiel. Este sospecha de su esposa y decide marcharse a otra ciudad para evitar las murmuraciones. Allí conoce a una señora que lo emplea como constructor. Prospera en el negocio y se hace rico. Mientras tanto, su esposa cría a su hija sola. Cuando la hija alcanza la pubertad, la madre muere. Al verse sola, la joven decide cumplir su sueño de convertirse en artista, y se marcha de gira con una compañía de teatro. Una noche, al terminar la función, la joven acude a un baile. Un señor acaudalado le tira el sombrero y le propone matrimonio. Ella acepta. Cuando él le pide las señas, descubre que es su hija.