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Clasificación
Fecha de registro:
Referencia catalográfica:
0610r
Categoría:
Colección:
Colección de Jerónimo Anaya Flores
Informantes
Recopiladores
Notas
La informante lo titula Oración del señor y asegura que se lo enseñó su abuela.
Aclaraciones léxicas:
Reventón: por Redentor.
Bibliografía
IGRH: 0642 + 0064.1
Otras versiones de "De ánimas"
Otras versiones de "El discípulo amado"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Estudios
PÉRE RODRÍGUEZ, M. (1981). Romances rezados en la comarca de Acentejo (Tenerife). Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, 36, 201-208.
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Transcripción
Las ánimas en tu puerta gimen y claman y lloran,
quieres que las aborrezcan con tus benditas limosnas.
Si limosna no tengo, ofrécele un corazón,
que las benditas limosnas son pa los ojos de Dios.
Oír, cristianos, oír lo que las ánimas penan:
unos penan de los brazos, otros de pies y cabeza,
otros un pozo de nieve, que son diferentes penas.
El hermano llama a la hermana, el pariente a la parienta,
el marido a la mujer, le dice de esta manera:
―Esposa del corazón, ¿cómo de mí no te acuerdas,
cómo no rogas a Dios que nos saque de estas penas
y nos lleve a descansar, amén de la gloria eterna?―.
Los güesos me están temblando de estas palabras que he dicho;
me quiero volver cristiana y servir a Jesucristo.
Jesucristo fue nacido de la hija de santa Ana,
cuando el Reventón* del cielo a uno a uno los llamaba,
(………………………) a dos a dos se juntaban,
y después de juntaditos les dice de estas palabras:
―Después de mí, señores, moriréis por mí mañana―.
Se miran unos a otros, ninguno contesta nada,
sino es san Pedro el Bautista, que reventó la compaña.