Audio
Clasificación
Informantes
Recopiladores
Notas
Este registro ha sido recopilado en el marco del proyecto de I+D (Excelencia) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades “Documentación, tratamiento archivístico digital y estudio lexicológico, histórico-literario y musicológico del patrimonio oral de la Andalucía oriental” (referencia: FFI2017-82344-P), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Agradecemos la ayuda prestada por Ángel Padilla Romero, alcalde de la localidad.
Transcripción
Cuando tenía ocho años, se quebró papá el brazo. Y yo estaba en la escuela, y yo | y me quitaron de la escuela, habiendo ido tres meses. Y me quitaron ya de la escuela, que yo ya me enseñé a leer, pues de milagro. Yo ya no lo sé ni como me enseñé a leer. Y ya tenía que irme tos los días al río, al cortijo. Mi padre estaba malo, ella tenía que cuidarlo, y yo con un vecino, que era el, el abuelo de mi cuñao | con el vecino, me iba tos los días a echarle a los marranos, a las cabras, a las gallinas y allí a los animales que había.
Y una vez, me acuerdo, que eso fue una anécdota que me pasó, que tenía mi madre una gallina chiquitina. Una pilila, que aquí le decimos. Y tos los días me decía: —Tapa el agujero, que no se meta el bicho y se coma la pilila. Tapa el agujero, que no se meta el bicho y se coma la pilila—. Y yo tos los días pues tenía mi cuidao | si tenía unos nueve añillos o así. Pues metía yo y toas las noches tapaba yo el agujero pa que no se metiera el bicho. Pues una noche se me olvidó, una tarde, y cuando fui al otro día, me encontré la pilila que el bicho se había metío y le había cortao la cabeza. A la gallina. A la gallinilla aquella. Y ya, pues ya ni na. Pues cuando ya subía al pueblo, que | aquella noche que yo | porque me iba de día y de noche me subía con el hombre aquel. Pues llegué y yo no quería decírselo a mi madre. Porque yo decía “como se lo diga, me va a arrear”. Y yo decía que no. Pero llegó mi padre | pues sí, mi madre, yo la he querío mucho, pero mi padre a mí me tenía siempre | porque como no ha tenío varón ninguno, a mí me cogió de chiquitilla “vente conmigo, vente conmigo, vente conmigo”. Yo iba siempre detrás de mi padre. Y llego y digo a mi padre, digo: —Papa—. Dice: —¿Qué?—. Digo: —La pilila—. Digo: —Que la ha matao la garduña esta noche y yo | ahora me va a pegar mama—. Dice: —¡Menos mal que ya se ha muerto! ¡Ya no se sube más a la cuadra a cagar la gaita! ¡Menos mal!—. Yo ya respiré y yo dije “ya, ya no me pega. Yo ya de esta me he escapao. De esta me he escapao”. Y era con nueve añillos, si no tenía más. Nueve añillos, si fue antes de tú operarte. Claro, nueve añillos tendría yo, nueve, entre nueve añillos o así. Y tos los días tenía que irme porque | por eso digo que no es que | si es que no teníamos tiempo de, de enseñarnos ni a jugar.