El lobo y los siete cabritillos [ATU 123]

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Referencia catalográfica: 0624n

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Transcripción

[Encarnación:] Los siete cabritillos… pero es que no me acuerdo yo cómo se perdieron… yo sé que era que… la madre se salió a comer hierba, a traerles leche y el padre también, se supone que tenían padre, claro, aunque el padre estuviera por ahí de novias. Y esa fue la que le dijo: —Niños, que tengáis cuidado, que no abráis que no vengan extraños—. Tenía la voz ronca, así lo otro. Y entonces llegó el lobo. Toc, toc: —¿Y quién es?—. Y dice: —Soy tu madre, que viene de comer—. Y dice: —No, no, no, que tienes la voz mu ronca, no eres mi madre—. El lobo, que era más astuto, se fue y se comió una docena o dos de huevos, se fue al gallinero, ¿no?

[Juana:] Pero antes de decir eso, sí, antes de eso decía: “Vosotros sois listos, pero más listo soy yo”.

[Encarnación:] “Más listo soy yo”, decía el lobo.

[Juana:] Eso es.

[Encarnación:] Más listo soy yo. Y se fue al gallinero y se comió tos los huevos que había y ya vino con la voz muy fina. Toc, toc: —¿Quién es?—. Soy vuestra madre, abridme la puerta—. Dice: —No, no—. Ya iban a abrir la puerta y dice uno: —No, no, no, que nuestra mamá tiene la patita blanca. Enséñanos la patita—. Le enseña la patita y la tenía negra. Dice: —No, no, no eres nuestra mamá, que tienes la patita negra—. Es que como los niños no se callan, pues claro, allá que fue a un deste de harina, a un… molino de harina.

[Isabel:] Y se puso los pies blancos.

[Encarnación:] Y se empolvó en harina. Y viene ya, toc, toc…

[Juana:] Pero decía “molinera, dame un poco de tu harina”. Y entonces le dio harina y se embadurnó las patas. Y llegó y le, y le enseñó la patita: —Enséñanos la patita por debajo de la puerta—. Y le enseñó y dice “esta sí es nuestra madrecita, esta sí es nuestra madre”. Y abrió la puerta y dice “¡Aum! Ya me he comido uno, ya me he comido dos, ya me he comío tal” hasta que se comió los siete.

[Encarnación:] No, uno se había escondío en el reloj.

[Isabel:] Uno se había escondío.

[Juana:] ¡Ah, el chiquitillo! Se escondió en el reloj. Y entonces cuando llegó la madre: “¿Dónde están mis hijitos, dónde están mis hijitos? ¡Que no los encuentro por ningún lado!”

[Encarnación:] Y el chiquitillo salió llorando: “¡Que se los ha comío el lobo!”

[Juana:] Y salió el chiquitillo llorando: “Que se ha comío el lobo mis seis hermanitos”. Y entonces cogió la madre las tijeras y se fue y estaba el lobo durmiendo, roncando, de la panzá de comer. Y entonces le abrió la, la barriga. Se los sacó a los seis… chotillos… a los seis, eso. Y lo llenó de piedras. Y cuando el lobo despertó decía: “¡Oh, qué sed tengo! ¡Parece que he comido piedras!”. Y fue a beber agua, y al beber agua, como aquello pesaba tanto, buh.

[Encarnación:] Se cayó al pozo y se ahogó.

[Juana:] Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Resumen de ATU 123

The Wolf and the Kids. A wolf comes while a mother goat is away, hoping to eat her kids (kid). When they do not open the door, the wolf changes his voice [K1832, K311.3] and colors his paws with flour [K1839.1]. The children believe that it is their mother and they open the door. The wolf eats the kids (all except one). The youngest kid hides in a dock. The mother returns and takes revenge on the wolf. She finds him asleep, cuts her children out of his belly [F913], and fills it with stones [Q426]. Or, she challenges him to a fight, which she wins. Or, she invites him to her house where he falls into a pit of hot coals. Cf. Types 333, 7058, 2028. In older variants the kid obeys his mother and does not open the door [J144] (Uther, 2004: I, 94).

[El lobo y los siete cabritillos. Un lobo viene cuando una madre cabra está fuera para comerse a sus hijos (hijo). Cuando no le abren la puerta, el lobo cambia su voz [K1832, K311.3] y tiñe sus patas con harina [K1839.1]. Los niños creen que es su madre y le abren la puerta. El lobo se come a los niños (a todos excepto a uno). El más pequeño se esconde en un muelle. La madre regresa y se venga del lobo. Lo encuentra dormido, saca a los niños de su estómago [F913] y lo llena de piedras [Q426]. O le reta a una lucha que ella gana. O le invita a su casa, donde cae en un hoyo de brasas calientes. Cf. Tipos 333, 7058, 2028. En variantes más antiguas, el niño obedece a su madre y no abre la puerta [J144] (traducción de Alba Pegalajar Espinosa)].