San Antonio y los pájaros

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Notas

La informante indica que el título de este romance, el cual aprendió de su abuelo, es Oración de los pajarillos. Se cantaba en las Pascuas.

Aclaraciones léxicas

avilanes: por gavilanes.

burracas: por urracas.

corcujadas: por cogujadas

garrafón: tal vez se refiere al gafarró, nombre catalán del verdecillo (Guía de campo..., p. 335).

orastes: por obraste

protesto: por portento.

Notas léxicas

andarríos: ‘Ave limícola del orden de las caradriformes, de unos 20 o 30 cm de longitud, coloración parda y pico y patas largos, que se alimenta de pequeños invertebrados que encuentra picoteando en las orillas de ríos y lagos y en la arena de las costas’ (DRAE, 2014). Tal como observamos en el NTLLE, andarríos en plural se documenta en los repertorios académicos a partir del DRAE (1914) y, en el caso de los extraacadémicos, a partir del Diccionario de la lengua española (1917) de Alemany Bolufer. El lema en singular (andarrío) solo se lematiza en el DRAE (1884 y 1899), y en otros diccionarios no académicos de finales del siglo XIX y comienzos del XX. En todos los casos se define mediante la equivalencia ‘aguzanieves’, excepto en los tres últimos diccionarios de la Academia: ‘lavandera blanca, aguzanieves’ (DRAE, 1992) y ‘lavandera blanca’ (DRAE, 2001 y 2014).

(Nota léxica de Marta Torres Martínez)

burlapatos y calderilla: no se documentan en los repertorios y corpus manejados. En la versión de la composición 0363r no se documenta burlapatos, sino patos; ni calderillas, sino cardelinas (‘jilguero’, DRAE, 2014).

(Nota léxica de Marta Torres Martínez)

cuco: desde el DRAE (1884), según constatamos en el NTLLE, se recoge la equivalencia ‘cuco. cuclillo’. En esta misma edición el cuclillo se define como ‘ave de paso, de color ceniciento, lustroso y por debajo blanco sucio, rayado transversalmente de pardo. La hembra, según opinión común, pone sus huevos en los nidos de otras aves’. En el DRAE (2014) encontramos una definición más técnica y menos subjetiva: ‘ave trepadora, poco menor que una tórtola, con plumaje de color de ceniza, azulado por encima, más claro y con rayas pardas por el pecho y abdomen, cola negra con pintas blancas, y alas pardas, cuya hembra pone sus huevos en los nidos de otras aves’. Una definición similar hallamos en el DEA (1999): ‘ave trepadora de cabeza pequeña y plumaje gris, que habita en los bosques, y que se caracteriza por su canto y porque la hembra pone los huevos en los nidos de otras aves’. En el TLHA se registra y, por tanto, se reconoce como andalucismo. Encontramos una acepción, vinculada a la provincia de Jaén, que nos interesa: ‘mochuelo, ave estrigiforme, de unos 20 cms. de altura, que se alimenta de roedores y reptiles’.

(Nota léxica de Marta Torres Martínez)

cogujadas: son aves más regordetas y algo más claras de plumaje que las alondras; se distinguen por la cresta larga y empinada y el pico bastante largo ligeramente curvado (Roger Peterson, Guy Montfort y P. A. D. Hollom, Guía de campo de las aves de España y demás países de Europa, 2.ª ed. basada en la edición inglesa revisada y ampliada en colaboración con J. J. Ferguson-Lees y D.J.M. Walace, traducción y adaptación española por Mauricio González Díez, Barcelona, Omega, 1967, p. 236).

verderón: se incluye desde el primer diccionario de la Academia: ‘páxaro poco mayor que el gorrión . Tiene el pico corto, gruesso y redondo; la pluma es de un verde que tira a amarillo, por lo que le dan este nombre’ (DA, 1726-39). En la última edición del DRAE se recoge una definición de índole científica: ‘ave canora del orden de las paseriformes, del tamaño y forma del gorrión, con plumaje verde y manchas amarillentas en las remeras principales y en la base de la cola’ (DRAE, 2014).

(Nota léxica de Marta Torres Martínez)

burlapastor: se refiere al chotacabras o engañapastores; este último nombre se debe a la costumbre que tiene de alzar el vuelo ante un inminente peligro; también se le llama chotacabras por la creencia popular de que mamaba del ganado doméstico (Guía de campo..., pp. 218-219. Véase también Luis F. Basanta Reyes, Fauna de Castilla-La Mancha. Aves I, Toledo, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, 1986, pp. 128-129).

(Nota léxica de Jerónimo Anaya Flores)

Bibliografía

IGRH: 0194

Versión publicada en Anaya Flores (1999: pp. 146-149; música p. 180; procedencia y peculiaridades p. 218) y Anaya Flores (2016: pp. 350-352; música p. 404).

Otras versiones de "San Antonio y los pájaros"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 4024); Alcalá Ortiz (2006: pp. 138-149); Alonso Fernández y Cruz Casado (2003: n.º 35); Atero Burgos (2003: n.º 71); Barrios Manzano y Jiménez Rodrigo (2002-2003: n.º 130); Benítez Sánchez (1999: pp. 277-278); Benítez Sánchez (2000: pp. 270-273); Checa Beltrán (2005: n.º 21); Díaz (2007: C.1); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1990: pp. 17-21); Esteve Faubel (1998: pp. 1206-1209); Foxo (2011: pp. 68-69); Gómez Garrido (2012: n.º 160); Heredia Menchero (2017: n.º 70); Hernández Fernández (2010: n.º 25-26); Majada Neila (1984: n.º 45, 46); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 194); Moreno Moreno (2016: n.º 92); De Mur Bernad (2015: n.º 75, 76); Nieves Martín (2010: n.º 517); Pimentel García (2020: n.º 332); Piñero Ramírez (1996: n.º 69); Piñero Ramírez (2004: n.º 53); Piñero Ramírez (2013: n.º 122); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: pp. 126-127); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 79); Rico Beltrán (2009: n.º 102); Schubarth y Santamarina (1986: n.º 74a); Trapero (2000a: n.º 203); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 198); Trujillo Pacheco (2017: n.º 58).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

RODRÍGUEZ PASTOR, J. (1996). Algunas manifestaciones folkloricas en torno a san Antonio de Padua. Revista de Folklore, 16 (186), 84-98.

TRAPERO, M. (1990). Los romances religiosos en la tradición oral de Canarias. Madrid: Nieva.

Transcripción

Divino Antonio precioso,     suplícale a Dios inmenso
que por tu gracia divina     alumbra mi entendimiento,
para que mi lengua     refiera el milagro
que en el güerto orastes*     de edad de ocho años.
Desde niño fue nacido     con mucho temor de Dios,
de sus padres estimado     y del mundo admiración.
Fue caritativo     y perseguidor
de todo enemigo     con mucho reigor.
Su padre era un caballero     cristiano, honrado y prudente,
que mantenía su casa     con el sudor de su frente.
Y tenía un güerto     en donde cogían
cosechas del  fruto     que el tiempo traía.
Por la mañana un domingo,     como siempre acostumbraba,
se marchó su padre a misa,     cosa que nunca olvidaba.
Y le dijo: —Antonio,     ven acá, hijo amado,
escucha que tengo     que darte un recado.
Mientras que yo estoy en  misa,     gran cuidado has de tener,
mira que los pajaritos     todo lo echan a perder.
Entran en el güerto,     comen el sembrado,
por eso te digo    que tengas cuidado—.
Mientras se ausentó su padre     y a la iglesia se marchó,
Antonio quedó cuidando     y a los pájaros llamó:
—Venir, pajaritos,      venir—  les llamaba.
Y ellos, muy humildes,    en el cuarto entraban.
Por aquellas cercanías     ningún pájaro quedó
porque todos acudieron     a la voz que Antonio dio.
Lleno de alegría     san Antonio estaba
y los pajaritos     alegres cantaban.
Al ver venir a su padre,     luego los mandó callar;
llegó su padre a la puerta     y comenzó a preguntar:
—Dime, Antoñito,     ¿qué tal, hijo amado,
has cuidado bien    de los pajaritos? —
El hijo le contestó:     —Padre, no tengas cuidado,
que, para que no hagan mal,     todos los tengo encerrados—
El padre que vio     milagro tan grande .
al señor obispo     trató de avisarle.
Acudió el señor obispo     con grande acompañamiento,
quedando todos confusos     al ver tan grande protesto*.
Abrieron ventanas,     puertas a la par
por ver si las aves     se quieren marchar.
Antonio les dijo a todos:     —Señores, nadie se agravie,
los pájaros no se marchan     mientras que yo no lo mande—.
Se puso en la puerta     y les dijo así:
—Vaya, pajaritos,     ya podéis salir.
Salgan cigüeñas con orden,     águilas, grullas y grajos,
avilanes*, avutardas,     lechuza, mochuelo, grajos;
salgan las burracas*,     tórtolas, perdices,
palomas, gorriones     y las codornices;
salga el cuco* y el milano,     burlapastor y andaríos,
canarios y ruiseñores,     tordos, garrafón y mirlos;
salgan verderones*     y las calderillas
y las corcujadas     y las golondrinas—.
Al instante que salieron,     todos juntos se ponen,
escuchando a san Antonio     para ver lo que dispone.
Antonio les dijo:     —No entréis en sembrado,
marcharos por montes,     riscos y los prados—.
Al tiempo de echar el vuelo     cantan con dulce alegría,
despidiéndose de Antonio     y toda su compañía.
El señor obispo,     al ver tal milagro,
por diversas partes     mandó publicarlo.
Árbol de grandiosidades,     fuente de la  caridad,
depósito de bondades,     padre de inmensa piedad,
Antonio divino,     por tu intercesión
todos merecemos     eterna mansión.

Resumen de "San Antonio y los pájaros"

El padre de san Antonio acude un domingo a misa y le encomienda a su hijo que tenga cuidado de que las aves no estropeen el sembrado. El niño llama a los pájaros y los encierra dentro de una habitación. Cuando Antonio ve que su progenitor vuelve a casa, manda callar a las aves. El padre le pregunta si ha cumplido con su encargo y el niño le contesta que tiene a los pájaros encerrados en una habitación. El padre queda estupefacto y llama al obispo para que vea el milagro. Una vez en casa de Antonio, el obispo y sus acompañantes abren las ventanas y las puertas para que las aves se marchen, pero Antonio asegura que no lo harán hasta que él no lo ordene. A continuación, el niño les pide a las aves que salgan. Estas lo hacen y se reúnen fuera de la habitación esperando nuevas instrucciones del santo. Este les ordena que se marchen sin picar en los sembrados. Los pájaros se despiden y se marchan.