Los primos romeros

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0643r

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Notas

En esta versión, al terminar los versos pares, se canta el estribillo: “y olé, salero”, y después se repite el último hemistiquio, según el siguiente esquema: “Caminan para Roma / los dos romanos, / los que pecaron siendo / primos hermanos, / y olé, salero, / primos hermanos”.

Bibliografía

IGRH: 0142

Versión publicada en Anaya Flores (2016: pp. 220-221).

Otras versiones de "Los primos romeros"

Álvarez Cárcamo (2019: 20.10); Atero Burgos (2003: n.º 119); Benítez Sánchez (2000: pp. 267-269); Cid (1974: n.º 44); Fraile Gil (2013: n.º  58); Fraile Gil (2016: n.º 78-79); Gil Muñoz (2010: n.º 16, 17); Higueras Martínez y Aguilar González (2000: pp. 169-170); Manzano Alonso (2003: pp. 412-418); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 176); Moreno Moreno (2016: n.º 120); Pérez Rivera (2015: n.º 261-263); Pimentel García (2020: n.º 464); Piñero Ramírez (1996: n.º 113); Piñero Ramírez (2004: n.º 76); Piñero Ramírez (2013: n.º 15); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: pp. 101-102); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 95); Rico Beltrán (2009: n.º 91); Schubarth y Santamarina (1987: n.º 66); Tejerizo Robles (2007: n.º 403); Trujillo Pacheco (2017: n.º 66).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

LÓPEZ ESTRADA, F. (1984). El romance de Don Bueso y la canción de La peregrinita en el cancionero folklórico de Antequera. En A. López Bernasocchi y J. M. López de Abiada, De los romances-villancico a la poesía de Claudio Rodríguez: 22 ensayos sobre las literaturas española e hispanoamericana en homenaje a Gustav Siebenmann (pp. 253-263). Madrid: José Esteban.

RODRÍGUEZ BALTANÁS, E. J. (1997). La boda de penalty: El romance de los primos romeros o la resolución poética de un conflicto vulgar. Revista de dialectología y tradiciones populares, 52 (1), 47-64.

ROLDÁN GARCÍA, A. (2017). Cabra en el corazón romancero de García Lorca: "Romance sonámbulo" - "Los pelegrinitos". Arte, arqueología e historia23-24, 19-22.

VALIENTE BARROSO, B. (2015). El Romancero tradicional de Cantabria: el ciclo del tabú del incesto [Tesis doctoral]. Universidad Complutense de Madrid.

Transcripción

Caminan para Roma     los dos romanos,
los que pecaron siendo     primos hermanos.
Sombrero rameado     lleva el mancebo,
y la peregrinita     de terciopelo.
Y a la mitá’ el camino     dice la niña:
—¡Qué larga se me hace     la romería!—
Ya llegaron a Roma     los dos romanos
y delante del papa     se arrodillaron.
El papa les pregunta     qué son venidos:
—Venimos por la carta,     que somos primos—.
El papa les pregunta     de dónde eran;
ella dice de Alcoba     y él de Alhucema.
El papa les pregunta     qué tiempo tienen;
ella dice que quince     y él diecinueve.
El peregrino que era     un poco travieso,
a la peregrinita     la ha dado un beso.
La peregrina que era     muy vergonzosa,
se la ha puesto la cara     como una rosa.
El papa le decía     (y) aunque era santo:
—¡Quién fuera peregrino     para otro tanto!—
El criado del papa     hacía señas
a la peregrinita     que no se fuera.
Y la peregrinita     que las entiende:
—Vámonos, peregrino,     que nos conviene—.
Ya les ha echado el papa     la penitencia:
que no se den la mano     (y) hasta Valencia.
A la mitá’ el camino     tuvo una niña,
por nombre la pusieron     Rosa Divina.

Resumen de "Los primos romeros"

Dos primos peregrinan hacia Roma con el fin de conseguir la dispensa papal para poderse casar o de obtener el perdón de la Iglesia porque han pecado. En algunas versiones, se alojan en una posada y allí se besan, o la peregrina tropieza y se cae cuando se dispone a cruzar un arroyo. Cuando llegan hasta el papa, este les pregunta por el motivo que les ha llevado hasta allí y se interesa por su nombre, edad y procedencia. En ocasiones, el papa les pregunta si han pecado y la peregrina contesta que solo se han dado un beso o que se han dado la mano al cruzar el arroyo. En algunas versiones, el peregrino besa a la muchacha delante del padre santo y este exclama que ojalá pudiera estar en su lugar. En ocasiones, los mozos del palacio o el criado del papa le hacen señas a la muchacha, y ellos se marchan de allí enseguida, o el novio se pone celoso al notar que el papa está tratando de darle la mano a la peregrina. El papa les pone de penitencia que no se den la mano hasta llegar a Valencia. Existen distintos desenlaces: 1) una vez han llegado a su destino, la peregrina da a luz a una niña; 2) las campanas de Roma repican porque los peregrinos se han casado; 3) al llegar a Valencia piden posada, pero los mozos de la venta le hacen señas a la peregrina y el muchacho, celoso, le propone a su prima marcharse allí. Más adelante se alojan en otra venta donde la muchacha da a luz a una niña; 4) la peregrina se cae en un puente y llega a Valencia embarazada; da a luz en una venta.