Audio
Clasificación
Fecha de registro:
Referencia catalográfica:
0658r
Categoría:
Colección:
Colección de Jerónimo Anaya Flores
Informantes
Recopiladores
Notas
En esta versión, se repite el verso 12b.
En el verso 17b dice: “almendros”.
Bibliografía
IGRH: 0204
Versión publicada en Anaya Fernández y Anaya Flores (1999: pp. 150-151; música p. 203; procedencia y particularidades p. 216).
Otras versiones de "La pedigüeña"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
Salgo de la casa juego, cansadito de perder,
y por mi mala desgracia me he encontrado a una mujer.
Era guapa, buena moza; yo la quise pretender;
y me dijo: —Caballero, yo le contestaré a usted.
Caballero, si usted quiere de mi hermosura gozar,
todo cuanto yo le pida me lo tiene usted que dar.
Lo primero es una casa que valga dos mil doblones,
con las ventanas que den al palacio de los condes.
En la cama en que yo duerma ha de tener seis colchones,
con las sábanas de holanda, de seda los cobertores.
Las cortinas de mi alcoba, de terciopelo encarnado;
y entre cortina y cortina mi corazón dibujado,
entre oro y de plata fina. (………………………..)
Desde mi puerta a la iglesia he de poner una parra,
para cuando vaya a misa no me dé el sol en la cara.
Desde mi puerta a la iglesia he de llenarlo de almendros,
para cuando vaya a misa almendros salir comiendo.
—Quédese con Dios, señora, que mañana volveré;
no es mucho lo que usted pide, si encuentra quien se lo dé.