Audio
Clasificación
Fecha de registro:
Referencia catalográfica:
0665r
Categoría:
Colección:
Colección de Jerónimo Anaya Flores
Informantes
Recopiladores
Notas
La informante lo titula Era una joven muy bella.
Bibliografía
IGRH: 5050
Versión publicada en Anaya Fernández y Anaya Flores (1999: pp. 124-126: música p. 195; procedencia y peculiaridades p. 214).
Otras versiones de "La novia de Rogelio"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
Era una joven muy bella y de familia muy rica;
pues el novio la dejó cuando vio que estaba encinta.
Los padres que se enteraron el estado en que se hallaba,
la amenazaron de golpes y la arrojaron de casa.
Al verse desamparada, a sus pies se arrodilló:
—Adiós, padres, para siempre, padres de mi corazón—.
Al verse desamparada, se fue en casa su madrina,
la cual la recogieron como si fuera una hija.
Allí nada le faltaba y siempre estaba llorando,
pensando en el porvenir que se le iba acercando.
Dio a luz un niño, que era más bello que el sol,
y lo criaba ella sola por guardarse de su honor.
Nueve meses tenía el niño, y a la cual no era cristiano:
por guardarse de su honor no le había bautizado.
Carmen pensó en escribirle una postal a su novio,
y le ponía una cita: que se vieran los dos solos.
Rogelio acetó a la cita que Carmen l’había dado;
y se lo vino a encontrar recostado bajo un árbol.
Con la sonrisa en los labios le dice Carmen: —Soy yo;
acércate y verás el fruto de nuestro amor—.
Rogelio se le acercaba dándole besos al niño:
—¡Válgame, qué desgraciado va a ser este hermoso niño!
—Rogelio, no digas eso, no maldigas a tu hijo;
¿te acuerdas del juramento que tú hiciste conmigo?
—Las palabras que te hablé, toditas fueron en vano;
tú te quedas con tu hijo, que yo me lavo las manos—.
Se despide a la francesa, y Carmen le pega un tiro;
él quedó muerto en el acto y ella se fue con su hijo.
Puso un pie en el estribo y otro puso en la baranda,
arrojándose a la mar con su hijito del alma.