Albaniña

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Notas

El informante indica que este romance lleva por título La bella dama.

Se canta con el siguiente estribillo: “(Y) estando una bella dama / con el a, / con el a, y ay, y ay, / sentadita en su balcón, / que de qué,  / con el aletín, / que de qué, / con el aletón, / sentadita en su balcón”. Sin embargo, este estribillo cambia en los versos 24, 26 y 28, donde se canta: “Y estando en estas palabras / estando en estas palabras / el soldado se estosió / con el a, / con el a, y ay, y a, / el soldado se estosió, / que de qué, / con el el aletín, / que de qué, / con el aletón, / el soldado se estosió.” El último verso sigue este último esquema, con la diferencia de que no vuelve a repetir el último verso después de pronunciar “con el aletón”.

Bibliografía

IGRH: 0234

Versión publicada en Anaya Flores (2016: pp. 251-252).

Otras versiones de "Albaniña"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 3899); Alonso Fernández y Cruz Casado (2003: n.º 18); Álvarez Cárcamo (2019: 14.1); Asensio García (2004: pp. 94-95); Atero Burgos (2003: n.º 32); Betancourt, Bonamore y Cohen (1992: n.º 3 de «Romances novelescos»); Cid (1974: n.º 16, 17); Cid (1993: n.º 24); Díaz (2007: F.17); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1990: p. 16); Fraile Gil (2010: n.º 92); Fraile Gil (2013: n.º 41); Fraile Gil (2016: n.º 47); Majada Neila (1984: n.º 73); Manzano Alonso (2003: pp. 233-242); Marazuela Albornos (1981: pp. 396-397); Martínez Ruiz (1956: n.º 12); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 23); Moreno Moreno (2016: n.º 43); Pimentel García (2020: n.º 149); Piñero Ramírez (1996: n.º 33); Piñero Ramírez (2004: n.º 27); Piñero Ramírez (2013: n.º 23); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: pp. 63-64); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 46); Rico Beltrán (2009: n.º 25); Sánchez Miguel (1984: n.º 17, 18); Schubarth y Santamarina (1987: n.º 39); Suárez López (2009: n.º 227); Tejerizo Robles (2007: n.º 368); Trapero (1985: n.º 78); Trapero (2000a: n.º 31, 32); Trapero (2000b: n.º 21); Trapero (2003: n.º 20, 21); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 40); Trujillo Pacheco (2017: n.º 37); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 65).

Contaminaciones y engarces

Bernal Francés + Albaniña (Trapero, 1985: n.º 8 «Apéndice»); La mujer del pastor + Albaniña (Almoguera Gómez, 1989: pp. 32-34); Santa Irene o santa Elena + Albaniña (Rico Beltrán, 2009: n.º 17).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

ATERO BURGOS, V. y RUIZ FERNÁNDEZ, M.ª J. (2001). Alba, Catalina, Elena y otras adúlteras del romancero tradicional. En: Los trigos ya van en flores. Studia in Honorem Michelle Débax, 41-62. Toulouse:  CNRS-Université de Toulouse-Le Mirail.

DÍAZ ROIG, M. (1986). Estudios y notas sobre el Romancero. México, D. F.:  El Colegio de México (Serie Estudios de lingüística y literatura, 1).

GARCÍA MARTÍN, V. (2019). La memoria de la tradición oral en el siglo XXI: El Romance de Albaniña. En La voz de la memoria, nuevas aproximaciones al estudio de la literatura popular de tradición infantil: V Jornadas Iberoamericanas de Literatura Popular Infantil. Homenaje a Pedro Cerrillo, 799-815. Cuenca: UCLM (Estudios, 116).

GONZÁLEZ, A. (2001). El tesoro del Romancero: la variación. Dos ejemplos de la tradición americana. ALHis, 30, 53-67.

RUIZ GARCÍA, M.ª T. (2005). Recreación del romance de La adúltera en la tradición hispanoamericana. Revista de Literaturas Populares, 5, 62-78.

Transcripción

(Y) estando una bella dama     sentadita en su balcón,
ha pasado un caballero     de esos de mala intención
y le ha dicho: —Bella dama,     con usted durmiera yo,
no digo una noche sola,     y aunque también fueran dos.
—Mi marido no está en casa,     que está en montes de Aragón,
y para que no viniera     le echaría una maldición:
cuervos le saquen los ojos,     águilas el corazón—.
Estando en estas palabras,     el maridito llegó:
—¿Qué te pasa a ti, mi luna,     qué te pasa a ti, mi sol?
O te ha dado calentura     o me has armado traición.
—Ni me ha dado calentura     ni te he armado traición;
se me han perdido las llaves     del hermoso aparador.
—Si de plata eran las llaves,     de oro las traigo yo—.
Estando en estas palabras,     ha mirado hacia el rincón:
—¿De quién es esa escopeta     que en el rincón veo yo?
—Tuya, maridito mío;     mi padre te la dejó
para que fueras de caza     (y) a los montes de Aragón.
—Vaya tu padre a la mierda,     que escopeta tengo yo,
que cuando no la tenía,     tu padre no me la dio—.
Estando en estas palabras,     el caballo relinchó.
—¿De quién es ese caballo     que en la cuadra relinchó?
—Tuyo, maridito mío,     mi padre te lo dejó.
—Vaya tu padre a la mierda,     que caballo tengo yo—.
Y estando en estas palabras,     el soldado se estosió.
—Mátame, marido mío,     que te he armado traición.
—No te mato yo, mi luna,     no te mato yo, mi sol;
te llevaré en ca tus padres,     que te dotrinen mejor.
Suegro, tenga usted su hija,     dotrínela usted mejor.
—Dotrínala tú, mi yerno,     dotriná te la di yo.

Resumen de "Albaniña"

Una dama está sentada en su balcón cuando se le acerca un soldado o un caballero que le propone relaciones. Ella maldice a su marido, que se encuentra cazando, y acepta los ofrecimientos del galán. Poco después llega el esposo, que le pide que abra la puerta. El marido nota cierta preocupación o rubor en su rostro y sospecha que le es infiel. La dama desmiente la acusación y le explica que su turbación se debe a que ha perdido sus llaves o a que se le ha apagado el velón. Él le ruega que no se preocupe porque trae consigo unas llaves de oro o porque pueden encargar unas nuevas a una platería. A continuación, el marido interroga a la adúltera acerca de algunos objetos extraños que se encuentra en la casa: sombrero, escopeta, caballo, capa, etc. Ella responde que son regalos de sus padres o de su suegro. Finalmente, le pregunta acerca del hombre que duerme en su cama y ella asegura que es el hijo de alguna vecina o su hermano pequeño, pero el marido objeta que los niños no tienen barba. En ocasiones, arroja al amante por el balcón. En otras versiones, ella confiesa su infidelidad y le pide a su esposo que le dé muerte. Este la lleva a casa de sus padres, pero ellos se desentienden del caso. Existen diversos desenlaces: 1) el marido vuelve con su mujer a casa y la asesina; 2) el esposo mata a su mujer, pero muere al poco tiempo, quedándose el amante con la casa; 3) el marido mata a su mujer y al amante de esta.