Esto viene en los libros de, de Justo Cuadros, que es na-, narrador se dice, me parece, ¿no? De, de caza de aquí de, de la Sierra de Cazorla. Creo que viene puesto ahí en el libro, de que, bueno, él era el hombre, el guarda forestal que acompañaba a Franco a cazar. Lógicamente, bueno, ya le ponían de comer, los animales estaban ya habituaos a su hora y él, el que estaba allí en el puesto con el Caudillo. El Caudillo pues estaba entretenío y le dijo: —Excelencia, prepárese que los, los tenemos ahí mismo y ya mismo vienen—. Y miraba y dice: —Pero, Justo, si no vienen. El ciervo no viene—. Prepárese, que está a punto de asomar—. Bueno, de esto que pone | empieza a coger el rifle y dice: —Venga, ya lo tiene allí—. Y dice: —Justo, no me lo puedo creer—. Anécdotas de esas, sí.

Otra, también, cuentan de que, de que también, muchas de las veces, en una estaba dormío. Y claro, el guarda, pues no sabía cómo tocarle o llamarlo pa decirle: —Excelencia, excelencia—. Y que no, dormío. Y él: “A ver cómo le toco yo ahora, decirle que ya está ahí para dispararle”. Sí. Eso nos causa mucha risa porque es verdad que, los que conocimos | yo conocía al guarda aquel y, claro | Era algo embustero también el hombre, pero muchas cosas eran verdad y aquello, aquello era verdad. Lo contaba más de uno y aquello era verdad.