La Virgen salva a una joven abandonada en el desierto

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0743r

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Notas

La informante le da el título de La joven abandonada en el desierto.

Aclaraciones léxicas:

pretexto: por portento.

Bibliografía

Otras versiones de "La Virgen salva a una joven abandonada en el desierto"

Mendonza Díaz-Maroto (1990: n.º 272); Pimentel García (2020: n.º 907); Trapero (2000a: n.º 208).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Virgen del Carmelo,     venidme a ayudar,
que yo este milagro     pueda explicar,
que con una joven     viniste a obrar,
este gran pretexto*     es muy digno de admirar.
De padres herejes     la joven nació;
a ella el cristianismo     fue su inclinación.
Le dieron tormento     porque en Dios creyó
y grandes castigos     la infeliz sufrió.
Un día que a misa     la joven salió,
aquel padre hereje     fue y la persiguió.
Al salir del templo,     se le presentó
y le dio grandes golpes     con mucho rigor.
—Tú que crees en Dios,     te castigaré,
y nunca por hija     te he de conocer.
—Cumplid, padre mío,     vuestra voluntad;
¡oh, Virgen del Carmen,     ten de mí piedad!—.
Como ella seguía     aún creyendo en Dios,
aquel padre hereje     al punto mandó:
—Vámonos, hija mía,     a otra población—.
La joven muy triste     fue a la embarcación.
Después de embarcar,     el barco empezó
y al momento     desapareció.
Llegan a un desierto,     ¡qué grande dolor!
El padre a la hija     bajarla mandó.
—Ya puedes, hija,     aquí descansar,
que el padre se marcha     un rato a cazar—.
Aquel padre hereje     pronto se embarcó;
al llegar a la casa,     la madre preguntó:
—¿Ya la has dejado?     —La pude engañar,
diciéndole que iba     un rato a cazar—.
Y la joven     sola se quedó,
esperando al padre,     pero no volvió.
Al llegar la noche,     empezó a decir:
—¡Oh, Virgen del Carmen,     amparadme!—.
Así decía la joven     con mucha aflicción.
—¡Cómo te han vendido,     pobre corazón!;
te han dejado sola,     aquí sin comer.
—Pues pronto de hambre     yo me moriré—.
Como no tenía lo joven     otro pan,
la hierba comía     con afán.
—Cinco años me encuentro     yo sufriendo aquí,
sin que nadie tenga     compasión de mí—.
Estando la joven     en esta oración,
vio que se acercaba      una embarcación.
Un escapulario     del Carmen sacó:
—¡Oh, Virgen del Carmen,     que venga a por mí,
que si no de pena     voy a morir!—.
Al llegar la barca,     dormida quedó,
y hubo una señora     que la despertó.
Le dice: —Cristiana,     levántate ya,
porque yo a tu tierra     te quiero llevar,
porque ya tus padres     en Dios creen
y nunca martirio te darán—.     (…………………)
Suben a la barca     y al pronto partió;
en pocos momentos     a tierra llegó.
Al desembarcar,     la joven notó
que aquella señora     desapareció.
Ella la buscaba     con gran ansiedad,
porque  muchas gracias     le quería dar.
—¡Oh, Virgen del Carmen,     mil gracias te doy,
por el gran servicio     que me has prestado hoy!
Dice la señora:     —Pues yo mismo soy,   
que de aquel desierto     te vine a sacar,
porque tu muerte     se acercaba ya—.
Entonces la señora     desapareció.
Fue a casa de sus padres     y les preguntó:
—¿Dónde está vuestra hija?     —Pues ya se murió.
—No seáis ingratos     y creed en Dios—.
Entonces la joven     en su casa entró.
Al verla su padre,     ella se abrazó.
Su madre le dice     con mucha humildad:
—Perdóname, hija,     ten de mí piedad—.
Entonces la joven     perdona a los dos:
—Porque ya estoy viendo     que creéis en Dios.
Os diré que yo a religiosa     me voy a meter,
esposa de Cristo     muy pronto he de ser—.
Y a religiosa     pronto se metió;
el escapulario     del Carmen vistió.
Adorando a Cristo,     su vida acabó.
Al morir, su alma     al cielo voló.
¡Oh, Virgen del Carmen,     tenéis que librar
a vuestros devotos     de una tempestad
de padres y herejes,     de una tentación
al fin de esta vida,     santa salvación!

Resumen de "La Virgen salva a una joven abandonada en el desierto"

Una joven cristiana es maltratada por sus herejes progenitores. Cierto día, el padre ve a la muchacha saliendo de misa y, enfurecido, le propina una brutal paliza. Acto seguido, mediante engaños y en connivencia con su esposa, embarca con la joven y la abandona en un desierto, donde la muchacha sobrevive comiendo hierba. Pasados varios años, la Virgen del Carmen decide atender sus súplicas y envía un navío hacia esas tierras. Como la joven se halla durmiendo, la Virgen la despierta y embarca con ella. Al llegar a tierra, la joven se percata de que aquella señora ya no viaja con ella; entonces, la Virgen le revela su verdadera identidad. Regresa a casa de sus padres, que la daban por muerta. Muy alegres, se arrepienten de sus pecados y deciden abrazar la fe católica. La muchacha se mete a monja.