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Aclaraciones léxicas:
jurón: por hurón.
Bibliografía
Otras versiones de "Torero Remolacha"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
Señores que estáis atentos, si me ponen atención,
les voy a explicar a ustedes un caso de admiración.
Son unos chistes graciosos (……………………)
que el torero Remolacha le han sucedido en su vida.
De torero salió poeta, al tomar la alternativa.
Se dedicaba a cazar, (……………………)
pues con una bicicleta, también llevaba un jurón*,
y le llevaba metido dentro de un acordeón.
Los conejos del desierto casi todos se perdieron
y nadie se daba cuenta, pues dentro de los bujeros
decían que los mataba un tejón y una gineta,
y se los llevó el torero todos con la bicicleta.
Pero el guarda y los civiles por un soplo se enteraron,
y viniendo en un viaje de sorpresa lo pillaron.
Un sargento le pregunta que de dónde se venía;
le dijo de hacer un baile (……………………)
y también de ver la novia que en un cortijo tenía.
El torero Remolacha (……………………)
con el delito en la manos no lo podía ocultar
y el sargento ya le dice que le quería oír tocar.
Al oír estas palabras, se quedó paralizado
y le dijo: —Mi sargento, (……………………)
yo no le puedo tocar, que traigo el pito este eschangao—.
Cuando allí vio lo que hacía, (……………………)
pues el sargento le dice: (……………………)
—Vámonos para el cuartel, allí le harás tocar,
y sé que eres torero, también vas a torear.
Los conejos del desierto tú los vas a declarar;
a todos los has enseñado a en bicicleta a montar
y tú no entiendes de baile ni tampoco de tocar.
Y ahora ha aparecido el tejón, (……………………)
también aquella gineta que mataba a los conejos
(……………………) dentro de aquel agujero,
y ha sido con el hurón este maldito torero.
Ahora yo te enseñaré a lidiar una corrida,
que la tendrás bien presente en los días de tu vida—.
Pues ya me llevó al cuartel y dentro de una habitación
me enseñó con los toreros que sería mi actuación.
Me presentó tres verdajos y yo me quedé arrecío;
uno se llamaba el Bomba, (……………………)
otro Vicente Pastor y el más gordo Lagartijo.
Pues ya se marchó a comer, me dejó en la habitación
y yo mirando a los tres ases, se me aflige el corazón.
Pero a los momentos vuelve (……………………)
y estas palabras me dice: (……………………)
—En la clase de torero me estás resultando un pillo;
no te veo valentía, te estás poniendo amarillo
y no ha empezado la corrida. (……………………)
Y de momento le digo: —Señor, no me voy a poner,
si veo que los toreros son ases de gran cartel
Y usted que los apodera, (……………………)
yo pienso en las filigranas que van a hacer los tres.
Yo toreo por chicuelo, también por manoletinas,
pero me pongo amarillo pensando en las argentinas—.
Pero de pronto me dice: —Ya te puedes prevenir,
que va a empezar la corrida; (……………………)
tomarás la alternativa y echaremos el paseíllo,
pues con Lagartijo en mano pareces el más gordillo—.
Y ya empezó la corrida y apenas tres verdajos
yo no sé lo que pasó que con el puño del verdajo
en su mano se quedó y el verdajo ya ladeao
en el suelo se cayó. (……………………)
y de pronto yo le digo: (……………………)
—Pues perdone, mi sargento, (……………………)
no cazo más en mi vida, ya que este chasco ha pasao:
Remolacha se ha meao, Lagartijo se ha ladeao
(……………………) en el suelo está rajao,
suspenda usted la corrida, y esto queda terminao—.
Entonces me contesta: (……………………)
—Por la gracia que me has hecho y los versos que has sacao,
no te doy la alternativa, (……………………)
te suspendo la corrida y esta queda terminao,
y márchate de momento con la música a otro lao,
que si alternas con los otros, vas a resultar cagao—.
Gracias a aquel sargento (……………………)
por él me hice poeta, me suspendió la corrida,
no me dio la alternativa y tuve suerte aquel día,
porque al echar el paseíllo le saqué la poesía.