Los mandamientos de amores,
niña, te vengo a cantar.
Despierta si estás dormida
y me quieres escuchar.

El primero, amar a Dios,
no lo amo como debo.
Siempre estoy pensando en ti,
hermosísimo lucero.

El segundo, orar.
Orar mil veces oré.
Hablar contigo a solas,
cosa que nunca podré.

El tercero, penitencia.
De penitencia me echaron,
de no apartarme ya nunca
de tu hermosísimo lado.

El cuarto, honrar a padre y madre,
y el respeto le perdí
por razones y palabras,
sólo por quererte a ti.

Al quinto le llaman quinto,
y el sexto, sacerdotal.
El séptimo, matrimonio,
que es lo que vengo a buscar.

Estos siete mandamientos,
niña, se encierran en dos:
quererte y que me quieras,
y el servir y amar a Dios.