El hombre y la posada

Audio

Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0763n

Informantes

Recopiladores

Notas

Este registro ha sido recopilado en el marco del proyecto de I+D (Excelencia) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades “Documentación, tratamiento archivístico digital y estudio lexicológico, histórico-literario y musicológico del patrimonio oral de la Andalucía oriental” (referencia: FFI2017-82344-P), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

Agradecemos la valiosa ayuda ofrecida por Mari Fe García Torrecillas.

Transcripción

Esto era una vez que había un hombre que | pos que se echó un saco a cuestas. Dice “yo voy a mi rumbo a ver lo que | a ver si pillo algo, a ver si me encuentro algo”. Entonces, conforme iba por el camino, se encontró un granillo de trigo. Y entonces quiso echarlo al saco. Entonces llegó | iba caminando, caminando, llegó a una posá, dice: —Posaera, posaera—. Dice: —¿Qué?—. Dice: —Aquí me dejo mi saco—. Dice: —Bueno, ponlo usted detrás de la puerta—. Pues, el hombre se fue y se dejó el saco. Y si | pero la mujer tenía gallinas, entonces fue la gallina y se comió el grano de trigo. Entonces siguió | vino el hombre y dice: —Posaera, ¿y mi saco?—. Dice: —Ahí está detrás de la puerta, pero ¡uh! ¡No sabes lo que ha pasao! Que ha venío una gallina y se lo ha comío—. Dice: —Pues la gallina o el s- | la gallina o el trigo, el grano o la gallina, el grano o la gallina—. Dice: —¿Cómo le voy a dar yo el grano por la gallina?— Dice: —Pues…—. Pero, en fin, que tuvo que darle el grano | o sea, la gallina por el grano. Pues entonces el hombre metió otra vez en el saco su gallinica, se la echó a cuestas y siguió pa alante, pa alante, pa alante, y llegó a otra posá y dice: —Posaera, posaera, aquí me dejo mi saco—. Dice: —Vale, déjelo usted detrás de la puerta—. Pues se vino el marrano | se le escapó el marrano y se comió el | la gallina. Pues entonces, dice | viene otra vez el hombre, dice: —Posaera, ¿y mi saco?—. Dice: —¡Ay! ¡No sabes lo que ha pasao! Pues que ha venío el marrano y se ha comío la gallina—. Dice: —Pues la gallina o el marrano, el marrano o la gallina, la gallina o el marrano—. Pos que tuvo que darle | que tuvo que darle la ga- | el marrano. Pos entonces ya el hombre cogió otra vez su marrano, se fue a | siguió su caminico andando, andando otra vez y, y cuando llegó a otra posá, dice: —Posaera, aquí me dejo mi marranillo—. Dice: —Ponlo usted ahí, que tengo ahí una cuadra, ahí, tengo un animalillo, ponlo usted ahí—. Pues puso | lo puso y vino un caballo que tenía, y le dio una patá y lo mató al marrano. Pues entonces, cuando viene el hombre, dice: —¿Y el marrano?—. Dice: —¡El marrano! Pues que no sabe usted lo que ha pasao. Pues que el caballo lo ha matao—. Dice: —Pues el marrano o el caballo, el caballo o el marrano, el caballo o el marrano, el marrano o el caballo—. La cuestión es que tuvo que darle la mujer el caballo. Pues siguió pa alante, pa alante, y | ya montao en su caballo. Y lo deja | llega a una posá, a otra posá y lo deja en | Dice: —¿Ande pongo mi caballo?—. Dice: —Ponlo usted ahí en su cuadra ahí—. Pues lo mete y, y fue | dice | fue la moza y le echó | y le dio con el, con el arnero, que antes tenían unos arneros. Le dio con el arnero y lo mató, al caballo. Cuando viene el hombre, dice, dice: —¿Y mi caballo?—. Dice: —Pues ¡oh! ¡No sabe usted lo que ha pasao! Que ha venido la moza a echarle y lo ha matao—. Dice: —Pues el caballo o la moza, la moza o el caballo, el caballo o la moza—. La cuestión es que tuvo que darle la moza. Pues entonces, ya el hombre, ya tan contento con su moza pa alante, pero él su caminico no se lo dejaba. Y, y cuando llegó a un | a otra posá, y aquella posá, estaba la mujer amasando, como antes se hacía el pan… Y tenía dos hijas. Y dice | y la mujer | pero la moza metía allí en el saco. La moza la metía en el saco pa que no la viera. Y decía, decía la, la | —¿Qué queréis que sus haga?—. Se ponía la una | tenía dos hijas o tres hijas. No sé si eran dos o tres. Decían las nenas “yo quiero una rosca”, “a mí, un roscón”, dice “y a mí, una torta”. Y decía la que había en el saco “y a mí, un tortón”. A mí, una rosca, y a mí, un roscón, y a mí, una torta, y a mí, un tortón. Y decía “¿quién es la del tortón, si yo tengo tres hijas y son cuatro las que hablan?”. Conque la mujer fue callandico y estaba allí la moza. Entonces, la sacó y | la sacó del, del saco. Cuando viene el hombre, dice: —¿Dónde está | y mi moza?—. Dice: —Tu moza, tu moza pues que se ha perdío—. Dice: —¿Cómo que se ha perdío mi moza?—. Pues le tuvo que dar la moza | la | le tuvo que dar la, la hija otra vez, sí. Le tuvo que dar la hija y ya, ya no me acuerdo de más. Y colorín, colorao, ¿no? Y el cuento se ha acabao.