Audio
Clasificación
Fecha de registro:
Referencia catalográfica:
0794r
Categoría:
Colección:
Colección de Jerónimo Anaya Flores
Informantes
Recopiladores
Notas
La informante indica que aprendió estas canciones “porque, cuando yo era chica, mi madre se iba al campo, y si me dejaba una peseta para comprar comida, venía un tío de coplas y yo compraba las coplas, y no compraba la comida. Y así nos lo pasábamos. Y mi madre, que iba al campo, me llevaba a las quinterías con ella, y yo aprendía los cantares".
Bibliografía
IGRH: 5050
Otras versiones de "La novia de Rogelio"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
Era una joven muy bella, hija de buena familia,
que el novio la abandonó porque la dejó perdida,
que el novio la abandonó porque ya no la quería.
Al enterarse sus padres de la manera que estaba,
le amenazan con la muerte y la arrojaron de casa.
Carmela se fue llorando en casa de una vecina,
donde allí la recogieron como si fuera una hija.
Allí nada le hace falta, pero siempre está llorando,
esperando el porvenir, que ya se le iba acercando.
Carmela da a luz un niño, que era más rubio que el sol.
Carmela lo está criando solo por guardar su honor.
Nueve meses tiene el niño, todavía no es cristiano,
que por no manchar su honor no ha querido bautizarlo.
Rogelio acudió a la cita que Carmela le citó,
diciéndole: —Soy tu padre, hijo de mi corazón.
—No seas tonto, Rogelio, no maldigas a tu hijo,
que esos son los juramentos que tienes hechos conmigo.
—Pues todos tus juramentos, todos te han salido en vano;
ahí te quedas con tu hijo, que yo me lavo las manos—.
Estas palabras a Carmen le vienen del corazón.
(………………………..) (…………………………)
Todos los viajeros dicen que Carmela iba llorando,
acercándose a la mar con su hijo entre los brazos.
En el primer camarote se deja una carta escrita:
“Le he dado muerte a Rogelio y ahora me quito la vida;
esto me sucede a mí por no estar arrecogida”.