El golfillo del tranvía

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Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0796r

Informantes

Recopiladores

Notas

La informante indica que aprendió estas canciones “porque, cuando yo era chica, mi madre se iba al campo, y si me dejaba una peseta para comprar comida, venía un tío de coplas y yo compraba las coplas, y no compraba la comida. Y así nos lo pasábamos. Y mi madre, que iba al campo, me llevaba a las quinterías con ella, y yo aprendía los cantares".

Bibliografía

IGRH: 0000

Versión publicada en Anaya Fernández y Anaya Flores (1999: pp. 170-171; música p. 205; procedencia y peculiaridades p. 217).

Otras versiones de "El golfillo del tranvía"

Alguacil González (2012: pp. 57-58); Alonso Fernández et alii (2017: n.º 67); Pérez Rivera (2015: n.º 282); Pimentel García (2020: n.º 608).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Era un chaval muy alegre,     que se ve todos los días
en la calle Barcelona     enganchado en los trenvías.
Todos los días se iba,     enganchado en el trenvía,
a las afueras del pueblo,     a una fábrica que había.
En la fábrica, un jardín;     en el jardín, una verja,
y por dentro una muchacha     más linda que las estrellas.
Apenas vio al golfillo     con su carita de risa,
todos los días le guardaba     las sobras de la comida.
—Dios te lo pague, ángel bello     —el golfillo le decía—;
no te viera en un apuro,     que yo mi vida daría—.
No se pasan muchos meses     ni tampoco muchos días,
un incendio [¿auró?]     en la fábrica se lía.
Cuando todos se creían     que la niña estaba muerta,
vieron salir al golfillo     que sacaba un lío a cuestas.
Ha desoltado el bultillo     y vieron con gran sorpresa
que la chica estaba sana:     ha cumplido su promesa.

Resumen de "El golfillo del tranvía"

Un golfillo de los que se enganchan en el tranvía visita a una niña que le da las sobras de la comida. Un día, se incendia la fábrica donde esta se encuentra, y el golfillo la salva. Los padres, que son los dueños, deciden adoptarlo y lo crían como a un hijo más. Le dan estudios y, cuando crece, le ofrecen un puesto de contable en la empresa familiar. Con el paso del tiempo, los dos jóvenes se enamoran, pero la madre impide el casamiento, declarando que ambos son hermanos.