Él tiene sujeta la cruz, y la mano derecha la tiene puesta en una, una piedra. Él está a una altura... casi donde está esa cenefa, más o menos. Puesto desde abajo tú lo ves así, ¿no? Al Cristo es una virguería. El Cristo es una maravilla. El Cristo es muy, muy, muy bonito, es de las obras más desconocidas de Antequera.

Filomena, que era madre vicaria de la orden... de las móas de | Clarisas de Belén, me contaba | era, Filomena era así. Sí, tenía la altura un botellín de cerveza, vamos. Era un encanto, era mi madrina, era una maravilla. Ella era la vicaria de la orden en Andalucía. Una mujer... increíble, con una mentalidad y un saber tremendo. Me decía: "Paquillo, me voy a morir y no voy a terminar de verle la cara al Cristo, pero se le ve mejor".

Ella dice que se ponía cuando limpiaban de noche, se cerraba la iglesia y las monjas salían a la iglesia y se ponían a limpiar, que se ponía abajo, y miraba y le decía al Cri- | bueno, era la única manera de verle la cara al Cristo. Desde arriba, yo me pongo abajo y la perspectiva, le veo la cara. porque el Cristo está así. El Cristo, al llevar la cruz | Claro, tú cuando suben el trono le vas viendo un poco la cara, cuando estás en su trono de camarín, en su peana, le ves un poco la cara. Cuando tú estás con el Cristo no le puedes ver la cara. Decía:

―Qué bonito eres y nunca voy a poder llegar a verte. ―Y dice que una noche― Yo te, te, te, te juro que yo escuché: "Ay, del mundo, cuando a mí se me vea la cara". No sé cómo, pero yo escuché:  "Ay, del mundo, cuando a mí se me vea la cara". Yo te digo que yo no he crecío y yo al Cristo le estoy viendo la cara.