Audio
Clasificación
Informantes
Recopiladores
Notas
El informante cecea.
Transcripción
En el Arroyo de las Adelfas, en el arroyo, ese arroyo mítico que viene de la Sierra de las Cabras y viene dando agua hasta el polígono de Antequera y ya se une con el río de la Villa y el río Guadalhorce, hay una zona, arriba del todo, del arroyo, hay una zona arriba, arriba, arriba, que se llama el Peñón de la Monea, el Peñón de la Moneda, aunque aquí en Antequera, la gente popular le llama el Peñón de la Monea. El Peñón de la Monea, arriba, es un…, una piedra gigante que tiene arriba allí, que está ahí, ahí bordeando la gravedad porque está casi pa caerse o no y queda por encima del arroyo. Es una zona mu bonita, de naturaleza, | subir allí y ver las imágenes es espectacular. Allí hay una leyenda que cuentan una leyenda muy bonita que… dentro del peñón hay una oquedad grande, un abrigo, un abrigo rocoso y entras y sale hacia abajo y hay como una cueva, ¿no?, como un abrigo muy bonito.
Y cuentan que un vecino de Antequera soñaba de que allí había un tesoro, de que allí había un tesoro. Este, este vecino era joven, era… | Unos diez u once años tendría, un niño y soñaba otra vez, lo soñaba y se lo decía a la madre, al padre, él vivía en una zona cercana, en un cortijo rural. Pero claro, eso es fantasías de niños, le decía, le decía la madre:
―Tú allí no vayas, que aquello es peligroso.
Es verdad que es peligroso, porque tú te pones y tiene el terra-, el terraplén hacia abajo hasta, hasta llegar hasta el arroyo. Bueno, pues este niño, cuando ya fue más grande y ya fue mayor de edad y ya estaba él más libre y eso, pues… Él seguía recordando aquellos sueños. Y entonces se fue una mañana, se fue hacia allá, hacia el peñón, llegó hasta el peñón y se puso a excavar. Se puso a excavar, a excavar, pero nada, no sacaba nada. Se fue, volvió a los dos o tres días, otra vez; y al tercer día, cuando volvió, empezó a excavar y encontró una caja muy grande. Encontró una caja de madera, muy grande, y entonces la abrió y encontró un cucharón, un cucharón de bronce, muy grande. Un cucharón sobre unos treinta centímetros o por ahí, espectacular. Y, a lo mejor, ese era el tesoro que él soñaba. No se sabe por qué, no se sabe, pero él soñaba y encontrón ese cucharón.
La familia dice que la tienen, que lo tienen ellos, que lo tienen. Es una familia mu conocida aquí en Antequera, los Sánchez-Garrido… Son los que les llaman en Antequera los seis dedos. Porque, porque de vez en cuando en su familia sale una de las personas con un dedo más, con un dedo más aquí. De hecho, yo tengo un hermano, porque yo soy Sánchez- Garrido, yo tengo un hermano que se llama Ramón, que es de los más mayores, y tiene seis dedos, tiene otro dedo aquí más. Y…, y es una historia mu bonita. Ese familiar, a mí me toca retirado ya en la familia, pero bueno, es como si fuera un primo de mi madre, retirado, por esa rama. Y…, y este hombre tiene, tiene todavía el cucharón en su casa. La, la gente sigue diciendo que allí hay, hay un tesoro y…, y hay muchos que van porque el abrigo es mu grande, el abrigo que hay allí es mu grande y excavan intentando encontrar aquel tesoro.
Es una historia, es una historia ahí, medio leyenda medio verdad… Yo el cucharón no lo he visto, yo he podido hablar con este hombre; que este hombre ya es mu mayor, ya tiene unos 80 años. Él me ha dicho que lo tiene, a mí no me lo ha enseñao, pero bueno, tendremos que creerlo.
[Recopiladora]: ―Claro…
[M. Ángel]: ―Y la verdad que… yo he estao allí, he estao en el abrigo, he estao grabando aquello, la zona aquella es espectacular, es muy bonita y… y, la verdad, porque no llevaba una pala, sino a lo mejor también me fuera puesto a picar a ver si encuentro algo de…, de algún tesorillo.