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La referencia al 23 de diciembre es un error. Tomando en cuenta lo antes mencionado y otro testimonio del Carretero de la muerte contado por la misma narradora, el día en que no se debía morir so pena de adquirir la maldición del Carretero de la Muerte es el 31 de diciembre.
En el pueblo de Tepec, del municipio de Amacueca en el estado de Jalisco, México, se cuentan diversas leyendas en torno a figuras extraordinarias como el Diablo o el personaje ahora referido. Este relato del Carretero de la Muerte, una especie de psicopompo que lleva las almas de los muertos, se dice que es una suerte de persona tabulada que por azares del destino y morir a las doce en punto del 31 de diciembre está condenada a tomar el manto del Carretero hasta que muera otro infortunado en las mismas condiciones y tome su lugar. La que se presenta aquí es una variante del relato, donde el referido Carretero es un personaje conocido de la comunidad de Tepec, el infortunado David Olmos.
(Comentarios de Víctor Manuel Bañuelos Aquino)
Transcripción
David Olmos era un hombre…, un vagabundo, y casualmente estaba tan perdido que traía toda la ropa toda desgarrada, toda sucia: era un vagabundo, pero había una mujer, sor Edith, se llamaba, era del Ejército de Salvación. Esa sor Edith, en cierta ocasión que él se quedó dormido ahí en la intemperie, precisamente por la borrachera, y vio su ropa toda raída, toda rasgada y sucia. Entonces ella la lavó y luego la cosió. Y cuando despertó el hombre y vio su ropa, que ya estaba arreglada y limpia… y remendada, en vez de agradecerle, la volvió a romper. Le dice: “¡No, así quiero andar y así voy a andar!”
Pues por alguna extraña razón sor Edith se enamoró de él. Parece ser que era un tipo bien plantado: alto, blanco…, pues bien parecido. Total, que, eh…, eh…, o verás, ¿qué pasó?… La sor Edith, la bienhechora, estaba muy enferma de una suerte de tuberculosis, y estaba ya en su lecho, en su lecho de muerte, y sucede que a David Olmos, al dar la última campanada de la noche de San Silvestre, él está a punto de fallecer, está a punto de fallecer y ya está ahí el Carretero de la Muerte que se lo va a llevar. Y, entonces, ese señor, David Olmos, estaba casado y tenía hijos, esposa e hijos, y los hijos estaban empezando a tener los síntomas de la tuberculosis, tenían que ir al hospital para que los atendieran y atajaran los primeros síntomas de ese terrible mal, pero él no daba la autorización y sin la firma de él no podían ingresar al hospital, y la esposa se… desesperada y lloraba y se apretaba las manos porque no podía convencerlo de que firmara.
Pues, como te digo, él está a punto de fallecer y ya lo lleva el Carretero, pero como también está a punto de fallecer sor Edith, llegan el Carretero de la Muerte y David Olmos, llegan ahí junto al lecho de la hermana sor Edith… y sor Edith, como te dije, sor Edith se enamora de él, pero es un amor espiritual porque sabe que él es casado y que tiene sus hijos. Total, que es ella la que con palabras dulces y palabras que logran llegar al corazón de aquel hombre y que por fin hace que él firme. Y, entonces, pues ya David Olmos murió durante el último minuto del 23 de diciembre*, entonces le iba a tocar ser a él, ser el Carretero de la Muerte.
Pero, sucede que el Carretero de la Muerte había sido amigo de David Olmos. Y ya en ese momento iba a hacerse el cambio y él iba a tomar su puesto en la Carreta de la Muerte, se queda pensando el Carretero y le dice: “¿Sabes qué, David Olmos? Que yo tengo la culpa de que tú estés en esta situación. Tú eras un hombre honrado, trabajador, que nunca se emborrachaba, nunca tomaba, además yo fui quién te envició, yo fui el que te hice alcohólico… Te inducí al vicio y caíste muy bajo… ¿Sabes qué? Mira: te correspondería a ti mi sitio en la carroza de la Muerte, pero no, yo voy a tomar todo este año que te correspondería a ti, lo voy a tomar yo en expiación por mis pecados.”
Y es de esa forma que David Olmos logró irse al Cielo, logró irse al Cielo y pues sor Edith también fallece y entonces pues el amor espiritual es mil veces más hermoso y más sublime que el amor físico. Esa es la leyenda del Carretero de la Muerte.