Yo es que | Cuando éramos chicas, hacíamos unas pelotas con tiras de goma y las hacíamos con las tiras de goma de los camiones. Pues cortábamos las gomas y hacíamos una pelota, que eso sonaba que parecía que se caía la casa. Y por la madrugá mus poníamos a cantar, ¿sabes? Por la madrugá, mus poníamos:

Los hombres fuman

y las mujeres

fuman papeles

y los chiquillos

fuman pitillos

y las muchachas

cogen las tazas

para pa-

a su papá.

Y mi padre se levantaba en calzoncillos y se liaba a, a | con la correa. Lo que es co- | esa goma, eso de goma, po daba en un tabique y hacía ¡bom!: “Niñas, se queréis callar”, y nosotras no callábamos una mijilla, y a la mijilla: “No, que me toca a mí, no que me toca a mí”. Así estábamos, como dormíamos tres juntas y siempre. Y tú sa- | una… | siempre, siempre le tocaba a la mayor la… | que le, la que le pegaba; porque yo dormía al lao, al lao de la pared, y toas re-… | se refugabian en la pared, y entonces a mí me tapaban, no me daban ni un correazo. A la pobre de mi hermana María, esa le pegaba siempre, y empezaba a llorar y nosotras: “Ja, ja, ja, papá, y anda que te pegao y a nosotras no”, le decíamos. Encima, encima mos burlábamos de ella.