El escarmiento del cura

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0842n

Informantes

Recopiladores

Laura Moreno Gámez

Institución: Universidad de Jaén (España)
Responsable del grupo investigador: David Mañero Lozano

Transcripción

Había un cura y un sacristán, y había una mu jaquetona, mu guapetona y…, y…, y dici-| y se llamaba María Cotonía. Y entonces un día el cura y el sacristán estaban friticos pa que | ir a su casa de ella, y entonces se lo dijo al marío, dice:

―Mira, que me traen frita que quieren venir aquí, ¿y yo qué le hago?

Dice:

―Tú no…, no d’eso, tú los invitas y cuando tú…

Y quearon en cuándo iba a ir él y to eso. Y…, y llegó el d’ese, la hora; y llegó…, y llegó el marío:

―María, María, me cago en… ―como si fuera estao enritao por algo…― Esto, tú qué sabes, tú que tal, tú que… ―Mira, y, y con el | la vara de eso, a tortazos con to―.

―Ay, ay, ay, mi marío. ¿Y a dónde os meto?―. Y entonces dice: ―Uy, pues a ti te voy a meter en el humero.

Le metió en el humero y el candil lo puso allí; y el otro:

―Te voy a meté en tal sitio.

Y entonces lo mete.

Y por la mañana cuando e- | fueron a misa, dice el cura | Empieza en el púlpito:

―Oh, María, ya viene María Cotonía, con su bolsa y la mía ―decía― ya viene componía. Y dice:

―A mí me subió en el humero ―dice el sacristán― y el culo me sirvió de candilero.

Le había puesto el candil en el culo. Total, que, que los dos salieron estrozaos y ella salió con to los dineros que le dearían. Por eso dicía: “María Cotonía, con su bolsa y la mía”.

Así…, mira, esas co-, esas cosas son los chistes que mus contaba mi abuela a nosotras.