El reencuentro

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Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0847r

Recopiladores

Notas

Las informantes indican que el romance lleva por título En la provincia Segovia.

Bibliografía

IGRH: 0000

Otras versiones de "El reencuentro"

Alcalá Ortiz (2006: pp. 35-37); Alguacil González (2012: p. 62); Alonso Fernández et alii (2017: n.º 60); Atero Burgos (2003: n.º 271); Benítez Sánchez (2000: p. 284); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1995: n.º 4); Hernández Fernández (2010: n.º 72); Higueras Martínez y Aguilar González (2000: pp. 155-156); Manzano Alonso (2003: 514-515); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 209); Pimentel García (2020: n.º 613).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

(Y) en la provincia Segovia     y en el pueblo de Marchena,
habitaba un matrimonio     de una familia muy buena.
Y estos tenían una hija     que se llamaba Isabel;
su padre la quería mucho,     era locura de él.  
Una vecina del barrio     a la mujer murmuraba,
envidiándole la suerte     de lo bien que se llevaban.
Un domingo por la tarde     con su hija paseando,
aquella mala vecina     al albañil ha llamado:
 —Si tú supieras, Antonio,     de lo que yo me he enterado:
que tu mujer no es muy buena     y a ti te está traicionando—.
En ese mismo momento     a su hija la besaba,
y llorando le decía:     —Vas a ser muy desgraciada—.
Y Antonio llegó a su casa,     y aquel hombre tan honrado,
y sin dar explicaciones     a Segovia se ha marchado.
Y Antonio llegó a Segovia     y ha empezado a trabajar,
y dio con una señora,     que fue su felicidad.
Él hizo varias contratas,     hizo grandes edificios
y ganó tanto dinero     que llegó a ponerse rico.
Antonio estaba muy bien     y mucha felicidad,
pero a su hija Isabel     no la podía olvidar.
Esta niña tan bonita     que su madre la crio,
a la edad de quince años     sola en el mundo quedó.
Ella quería ser artista     y el teatro le gustaba,
y al verse sola en el mundo     su idea la ejecutaba.
Y de pueblo en pueblo iba     con una compaña grande,
(y) hasta llegó a aquel sitio     donde se encontró a su padre.
Una noche en el teatro     se aproxima un caballero,
y adonde estaba bailando     (y) a ella le tiró el sombrero.
Y le dijo: —Señorita,     si a usted le parece bien,
cuando acabe de bailar     queda invitada a café.
¡Qué bonita eres, muchacha!     Te llamo para decirte
que, si te casas conmigo,     los dos seremos felices.
—En este mismo momento     no le puedo contestar,
porque el asunto es muy serio     y lo tengo que pensar.
—Si te casaras conmigo,     te debías de alegrar,
porque yo no tengo a nadie,     (y) para ti es mi capital—.
Y a la respuesta de esto     la joven le contestó:
—Pues yo también estoy sola,     le acepto su petición.
—Pues dime cómo te llamas     y del pueblo dónde eres,
para escribir enseguida     y me manden los papeles.
—Me llamo Isabel Fernández     y mi madre, Encarnación;
soy del pueblo de Marchena,     mi padre me abandonó—.
El padre al suelo cayó     al oír estas palabras.
—¿Cómo has venido a mis brazos,     hija mía de mi alma?
Hija de mi corazón,     qué alegría de encontrarte;
pa ti se acabó el teatro,     y aquí tienes a tu padre—.
Y al público que me escucha,     quedará bien enterado,
que por una mala lengua     cuántas cosas han pasado.

Resumen de "El reencuentro"

Un matrimonio vive feliz con su hija. Las vecinas, que envidian su dicha, le cuentan al marido que su mujer no le es fiel. Este sospecha de su esposa y decide marcharse a otra ciudad para evitar las murmuraciones. Allí conoce a una señora que lo emplea como constructor. Prospera en el negocio y se hace rico. Mientras tanto, su esposa cría a su hija sola. Cuando la hija alcanza la pubertad, la madre muere. Al verse sola, la joven decide cumplir su sueño de convertirse en artista, y se marcha de gira con una compañía de teatro. Una noche, al terminar la función, la joven acude a un baile. Un señor acaudalado le tira el sombrero y le propone matrimonio. Ella acepta. Cuando él le pide las señas, descubre que es su hija.