Lux aeterna

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Notas

La informante indica que esta canción lleva por título El romance de Adela.

En esta versión, se repiten los segundos hemistiquios de la mayoría de los versos. Al cantar el v.23a, repite: “cierra la puerta”. En la repetición de 30b: “en pruebas”.

Aclaraciones léxicas:

arrollaron: por arrullaron.

veste: por vete.

Bibliografía

IGRH: 0195

Otras versiones de "Lux aeterna"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 3917, 3918); Alonso Fernández y Cruz Casado (2003: n.º 13); Atero Burgos (2003: n.º 26); Barrios Manzano y Jiménez Rodrigo (2002-2003: n.º 111); Benítez Sánchez (1999: pp. 288-291); Benítez Sánchez (2000: pp. 276-278); Checa Beltrán (2005: n.º 10); Cid (1974: n.º 38); Díaz (2007: E.6); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1990: pp. 128-136); Esteve Faubel (1998: pp. 1109-1115); Fraile Gil (2013: n.º 26); Heredia Menchero (2017: n.º 1033, 1034); Hernández Fernández (2010: n.º 81-82); Higueras Martínez y Aguilar González (2000: pp. 157-158); Majada Neila (1984: n.º 93); Manzano Alonso (2003: pp. 396-411); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 168); Moreno Moreno (2016: n.º 29); De Mur Bernad (2015: n.º 156); Nieves Martín (2010: n.º 511); Pimentel García (2020: n.º 137); Piñero Ramírez (1996: n.º 27); Piñero Ramírez (2004: n.º 21); Piñero Ramírez (2013: n.º 68); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: pp. 103-104); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 38); Rico Beltrán (2009: n.º 92); Romero López (1995: n.º 23); Tejerizo Robles (2007: n.º 435); Trapero (1985, n.º 109); Trapero (2000a: n.º 161); Trapero (2003: n.º 78); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 166); Trujillo Pacheco (2017: n.º 25).

Contaminaciones y engarces

Lux aeterna + Entierro y boda contrastados (Trapero, León Felipe y Monroy Caballero, 2016: n.º 167).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Una niña y un niño,     con su alegría,
iba para ocho años     que se querían.
Una niña que ha muerto     de mal de amores;
la culpa la han tenido     Juan y Dolores.
Un día muy temprano     fue a festejar
y no tenía gana     con ella hablar.
—¿Qué te sucede, Juan,     que estás tan triste?
Si acaso no me quieres,     tú me lo dices.
—Pues no te quiero,     que quiero a otra, 
que mis ojos han visto     que es más hermosa—.
Ya cayó mala     la pobre Adela; 
todas sus amiguitas     iban a verla.
Y ella les dice     con mucho agrado:
—¿Habéis visto a mi Juan     por algún lado?
—Piensa en ponerte buena,     que te lo digo,
los amores de Juan     los has perdido,
(………………..)     porque tu Juan     
con tu amiga Dolores     se va a casar.
—Oye, madre, esa música,     ¡qué lejos suena!
—Son los mozos que cantan     de puerta en puerta.
(……………………..)     —¡Ay, cuántas noches
arrollaron* mis sueños     cantos de amores!
Madre, cierra la puerta,     y vente a mi lado,
que antes de morir quiero     darte un encargo.
Si viene Juan a verme     después de muerta,
no lo dejes que pase     de aquella puerta.
—¡Ay, hija mía,     no digas eso!
—¡Ay, mi madre querida,     dame otro beso!
Me pondrán     la cruz de perlas
que me regaló Juan,     de amor en pruebas—.
Dice Juan a Dolores:     —¿Por quién doblaban?—.
Y era la pobre Adela,     que ya expiraba.
Y ella le dice     con mucha pena:
—Ya acabó de sufrir     la pobre Adela—.
Y a otro día a las seis     pasó el entierro;
Juan, que estaba en la puerta,     se metió dentro.
Cogió el retrato     y lo besaba,
y allí junto al retrato,     allí lloraba:
—Adiós, Adela,     Adela mía,
nunca creía yo     que por amores tú te morías.
Adiós, Adela,     y  adiós, jazmín,
y eras la más bonita    que entre mujeres yo conocí—.
A otro día temprano,     fue al cementerio;
dice el sepolturero,     que es algo serio:
—Ya veste*, Juan,     deja a la muerta,
que los restos que quedan     son de la tierra—.
Sacó el revólver     y disparó
y allí junto a la losa     muerto quedó.

Resumen de "Lux aeterna"

En una secuencia que suele omitirse en algunas versiones, una muchacha nota que su novio se muestra poco elocuente y este le confiesa que ama a otra mujer. Ella enferma de amor y sus amigas acuden a visitarla. Una de ellas le informa de que su novio está saliendo con otra de sus amigas. En otra secuencia que remite a un popular poema de Juan Menéndez Pidal y que se omite en varias versiones, se relata la agonía de la joven, que le pide a su madre que abra la ventana para poder ver las estrellas, a lo que esta se niega por considerarlo perjudicial para su salud. Acto seguido, le encarga que no deje entrar a su amante y le indica la forma en que debe amortajarla. Por último, la joven oye aullar a un perro, signo de su inminente muerte. En otras versiones, la muchacha le pide a su madre que deje pasar a su novio para curarse; esta se niega y asegura que prefiere verla muerta. La enferma culpa a la madre de haber impedido sus amores con el joven. Se celebra el entierro y la comitiva fúnebre pasa por la puerta de Juan. Este se siente culpable, entra en su casa y se arrodilla delante del retrato de la difunta. Al día siguiente, acude al cementerio y, aunque el sepulturero le aconseja que se aleje de allí, el muchacho se acerca a la tumba de la joven y se quita la vida.