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Mira, don Rutilo, nos hicimos amigos de él. Don Rutilo ahí vivía, también era familia de, de descendiente de puros veladores allí. Él decía que el sacó un doctor nomás no puedo asegurar qué doctor, y sí, que lo enterraron vivo, lo enterraron vivo, de epilepsia, creo que un ataque le dio, dice que él lo sacó. Y él, él tenía cuando él llegaba, entrar a velador, allí en la administración, allí se daba cuenta a quién, a quién llevaban de nuevo, y él iba en la noche, conforme él llegaba iba a darle la, la…, a recibirlo. Dijo.
—Aquí estoy yo, a lo que se te ofrezca —dijo— queremos ser amigos.
Porque él decía que todo espíritu, | el espíritu…, el que es blanco, no es maligno, el que es un espíritu lo ves tu como un bulto negro, ese es maligno, ese sí es malo, y el que es blanco es una cosa buena, dijo. Todo eso dijo. Todo eso dijo. Él nos platicaba que él tenía sus amistades allí: “Toda mi vida” dijo “aquí, toda mi vida, aquí” Dijo el velador: “Yo entro y platico con ellos. ¿Cómo están? ¿Cómo están?” dijo “Créamelo o no”, dijo, “yo oigo los murmullos, oigo los murmullos de todos”, dijo.
Inclusive, dice: “Ha sido más frecuente en la gente que no conozco que la gente que conozco”, dijo, “porque hay gente que me lo vas a creer, que somos de la familia, son más orgullosos, ¿eh?, son más orgullosos, y luego me salen que porque nos los fui a visitar, que nos los fui a visitar cuando estaban enfermos. Digo, sabes que yo como velador aquí ¿cómo? Te estoy visitando aquí, en parte te toy cuidando aquí, pos’ no, se sintían hasta ofendidos”, dice, “y yo con todos”, dijo, “platicaba con todos, todos son mis amigos y aún más los que están jóvenes”, dijo. “En las noches yo me voy, cuando oigo que lloran, le digo”:
—No llores —como a la niña esa que te digo que lloraba— no llores.
—Es que me siento solita.
—No llores —dijo—, aquí estoy yo contigo —dijo—, aquí estoy contigo —dijo—, no llores—.
Y que la niña lloraba, y lloraba y lloraba; pero como te digo, la presencia d’él lo calmaba. Dijo:
—No…, mira… —Y que lloraba y lloraba, hasta cuando él le dijo —Dime, ¿qué es tu dolor? —dijo—, que no están arriba en el cielo.
—No... —dijo—, tengo un problema, tengo un problema, por eso lloro, es que yo no soy bautizada —dice—, por eso no me quieren.
—No… —le dijo, le dijo él—, todo juera como eso, mi’ja. —Porque era una angelita— No llore mi’ja, yo me voy a encargar de todo esto.
Dice “pos yo como pude, me fui a ver al Padre de Belén, y le platiqué, como son sacerdotes, pero pos’ también lo juzgan a uno de a loco”, dijo, “también viejito, canijo, ya está viejito don ese, y le insistí y le insistí, le dije”:
—Mire, padre, hágame ese lindo favor —dijo—, mire hay una niña —dice—, que me llora mucho en la noche y que no ‘tá bautizada. Eso es lo que es lo que le falta para ser aceptada con todos los demás allí, ahí todos sus vecinos —dijo—, no la quieren.
Porque, mira, l’alme, l’alma sale derechito al cielo, y el espíritu es el guardián de tus restos, es el guardián que nos comunicamos entre los muertos, somos el espíritu que andamos entre todos los panteones. Nos juntamos, unimos a platicar… Entonces la alma ya está allá, pero no es aceptado con los allí, con los que estás enterrados allí, porque hay que platicar también en la noche. Entonces dice que fue, que lo convenció. Yo no sé qué padre sería, pero dice que lo convenció, y le dijo:
—Vamos, vamos —Pero había un pequeño problema, que el padre no quería, el padre pos’ como son de terquitos ¿verdad? Pos idealistas también ¿no? Dijo:
—No, pos’ vamos.
—No, padre, pero debe ser en la noche —dijo.
—No, esas ya son cosas tuyas —dijo—, ya son cosas tuyas, yo puedo ir en el día que yo tengo tiempo, yo dispongo del día.
Dice: —Hágame favor, padre, yo le doy una propinita —dijo—. Yo quiero que mi amiga descanse.
Pos’ que total dice “como pude, lo convencí”, dijo, “y pos’ no parece que no”, dice “pero a veces sí los centavos a veces sí convencen a estas gentes, que no debían de ser así”, dice, “pero lo convencí”. Dijo “aquí me cayó en la noche”, dijo, ”y le preparé, le preparé un cafecito”, dijo, “llevó su carrito”, dijo.
—¿’Onde vives?
—Aquí mire padre, aquí vivo —dijo.
—¿Y la difuntita?
—No, está hasta allá abajo, para allá mire, vamos a echarnos un cafecito —dijo.
Dándole tiempo que se hiciera más oscuro, porque dice que cuando es oscuro es cuando empieza a… Dice: “Incluido, fíjate, cuando está la claridad de la Luna oyes los murmullos, ‘onde está la sombra, pero no oyes los murmullos de ‘onde está dando la claridad, sino en lo oscuro”. El padre dice:
—Es que yo no conozco —dijo.
—No, padre, si quere yo le doy la mano, véngase por aquí mire, y ya lo bajé —dijo—, mire aquí es —dijo—, mire.
Y ahí que le van dando su sorpresa cuando le dijeron “gracias”. Dijo:
—Aquí es —dijo—, esta criatura —dijo—, no la bautizaron y es por eso no la aceptan —dijo—, hágame el favor.
Dijo, que ahí dice:
—En el nombre de Dios, yo te bautizo.
Y ahí es cuando se dieron cuenta… no recuerdo el nombre, pero ahí le puso el nombre. Dijo:
—Yo me llamo julana, así me han llamado toda mi vida en lo que mi tiempo de mi niñez —dijo.
—Pos ese nombre vas a llevar —dijo, le dijo.
—En el nombre de Dios yo te bautizo… —y todo eso, pero el padre todavía incrédulo, pero de todas maneras como dijo don Rutilo, ¿sería por la propina?, o sería que… para quitárselo de encima. “Porque yo lo ‘taba atizando” dijo. Entonces cuando le dice que va oyendo el padre, y él ahí tan los dos. Dijo.
—Gracias —Pos’ era una voz muy bonita, salió de adentro— Gracias.
Dijo: —Ay, no, pos’ sí, sí es cierto, sí habla —dijo— Pero era… dijo “ya no volverá a salir”.
Y decía él, decía don Rutilo, dijo: —Estaba acostumbrado diario a verla —dijo—, descansa hija, descansa hija.
Que le decía descansa, pero él esperaba que le dijera que le volviera a decir “gracias”, un ruidito o algo así, porque él ya estaba fami-, fami-, familiarizado con la niña, resulta que ya no volvió a oír el ruidito. Dice: “Pero yo de todos modos yo la visitaba todos los días”. De todo el tiempo esa es mi vida, jue mi historia. Mis padres le platicaban que él platicaba con unos, con unos dijuntos, con un dijunto, mi tía, sus familiares le platicaban, eso ya venía de descendencia y eso es lo que me tocó a mí.