El hijo ingrato

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Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0861r

Informantes

Recopiladores

Notas

La informante asegura que aprendió la canción con ocho o diez años.

La informante neutraliza /l/ y /r/ en posición implosiva y final.

En esta versión, se repite el verso 17.

Bibliografía

IGRH: 0000

Otras versiones de "El hijo ingrato"

Alonso Fernández et alii (2017: n.º 58); Atero Burgos (2003: n.º 264); Hernández Fernández (2010: n.º 56); Moreno Moreno (2016: n.º 188); Pimentel García (2020: n.º 610); Tejerizo Robles (2007: n.º 458).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Era una mañana fresquita de mayo,    por la Macarena yo la vi pasar;
había un joven muy bien vestido     y una limosna le vino a implorar.
El joven era su hijo,     con nada la socorrió
y la pobre de la madre     llorando le suplicó:
—Mi hijo, maldito hijo,     sangre negra has de tener,    
teniendo tanto dinero,     y a la pobre de tu madre no la quieres socorrer.
Pronto te vendrá el castigo de yo verte padecer     por ser un hijo cruel—.
Y esta pobre madre, como era tan buena,     a pedir limosna a un hospital llegó;
para socorrerla salió la priora     y para enfermera la madre ingresó.
Y, al poco tiempo, el hijo cayó malo,     su casa ha quedado en mala situación;
no tenía dinero, todo lo ha empeñado;     igual que su madre, a implorar salió.
Pero no era hijo de malas entrañas;     por todos los sitios las puertas cerrás,
y él lloraba y renegaba     de la triste vida que vino a pasar.
Y él solo se preguntaba:     —¿Esto será maldición
que me habrá echado mi madre     por ser un hijo traidor?
—Mi madre, querida madre,     ¿quién te pudiera encontrar para pedirte perdón?    
Yo sé que no he sido bueno,     pero tú no eres igual.
Mi madre,     ¿dónde estará?—.
Ahora que estaba tan malo,     ahora ha ingresado al mismo hospital,
y al ver a su madre, que era la enfermera,     se ha abrazado a ella y se echó a llorar:
—¡Ay, madre de mis entrañas,     madre de mi corazón!,
¡Ay, qué malito que vengo!,     tú serás mi salvación.
—Mi hijo, maldito hijo,     ¿dónde has venido a parar?,
A que tu madre te cure.     Acuérdate de aquel día que te imploré en caridad.
La limosna me negates,     pero yo no soy igual;    
tu madre     te salvará.

Resumen de "El hijo ingrato"

Un individuo adinerado se encuentra a su madre pidiendo limosna en la calle, pero no la quiere socorrer. La madre, dolida, lo maldice por su ingratitud. Cierto día, la anciana acude a un hospital a pedir limosna. La priora decide emplearla como enfermera. Al cabo del tiempo, el hijo queda pobre y enfermo, y se acuerda de su madre, arrepintiéndose profundamente de su comportamiento. Su mal se agrava, por lo que ingresa en el hospital donde trabaja su madre. Se reencuentra con ella y le pide disculpas. Finalmente, la mujer decide perdonarlo y ayudarlo a sanar.