Carta de un soldado a su madre

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0864r

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Notas

La informante neutraliza /l/ y /r/ en posición implosiva y final.

Bibliografía

Otras versiones de "Carta de un soldado a su madre"

Benítez Sánchez (2000: p. 291); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1995: n.º 21), Pimentel García (2020: n.º 493).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

—¿Quién le pudiera escribir     (y) a la pobre madre mía,
dándole el último adiós     y un beso de despedía?—.
Y una enfermera que oyó     aquel soldadito,
se fue para la cama     con una pluma y un papelito.
—¿Qué quieres que te escriba?     Dime ahora mismo.
Todo cuanto me digas     yo te lo escribo.
—¡Ay, madre querida,     qué rato te espera,
dentro de unos días     cuando tú esta leas!
La muerte, al momento,     me quiere llevar;
me encuentro muy grave     en el hospital.
Y en el último combate     que tuvimos con los moros,
delante del capitán     luchábamos como lobos.
Vino una bala traidora,     me hizo una tremenda herida
que me va a costar la muerte.     ¡Quédate con Dios, madre mía!
Cuando tú esta carta leas,     tu hijo habrá perdido la vida.
—Hijo de mi alma,     que anoche soñé
que te habías muerto     y hoy tengo carta tuya otra vez.
Quiera Dios que pronto     la guerra se acabe
para que este hijo     abrace a su madre.
¡Jesús, madre mía,     la letra me espanta!,
pues no es de mi hijo,     no es suya la carta.
¡Jesús, madre mía,     la pena me ahoga!,
pues voy a leerla,     voy a salir de dudas—.
Cuando la madre leyó     aquellas tristes palabras,
las últimas de su hijo,     de su hijo de su alma,
cayó al suelo de rodillas,     sin saber lo que iba a hacer.
Coge la carta en sus manos     y con lágrimas la baña:
—Ya no te vuelvo a ver más,     adiós hijo de mis entrañas.

Resumen de "Carta de un soldado a su madre"

Un miliciano de la guerra de África se encuentra herido de gravedad en un hospital. Allí se lamenta de la imposibilidad de escribir a su madre. Una enfermera escucha sus quejas y redacta la carta. En ella, el soldado cuenta que ha sido herido mientras luchaba heroicamente contra los moros. Se lamenta de no poderse despedir de ella y le confiesa que, cuando la carta llegue a sus manos, él ya habrá muerto. En España, la madre sueña que el hijo ha muerto en combate. Después de esto, recibe la carta y se lamenta de lo sucedido.