El confesor de su madre

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Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 0895r

Informantes

Notas

Registro sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00004A 03).

Título indicado en las anotaciones de campo: "Una encantadora joven".

Muchos de los temas de esta entrevista fueron también transcritos en el Catálogo Folclórico de la provincia de Valladolid.

Bibliografía

Otras versiones de "El confesor de su madre"

Alguacil González (2012: pp. 76-78); Alonso Fernández et alii (2017: n.º 54); Atero Burgos (2003: n.º 265); Benítez Sánchez (1999: p. 309); Benítez Sánchez (2000: p. 287); Checa Beltrán (2005: n.º 43); Díaz (2007: F.31); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1995: n.º 2); Esteve Faubel (1998: pp. 1147-1149); Majada Neila (1984: n.º 94); Manzano Alonso (2003: pp. 498-501); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 212); Moreno Moreno (2016: n.º 189); Pimentel García (2020: n.º 604); Suárez López (2009: n.º 250); Tejerizo Robles (2007, n.º 448, 449).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Una encantadora joven     sostenía relación
con un mozo postinero     que adoraba con pasión.
Al conseguir sus favores     y al ver que encinta quedó,
trataron de casamiento,     pero aquel infame huyó.
Ella muy apurada     por eso se quedó,
llorando desconsolada     porque la honra perdió.
La pobre así decía:     —¡Qué triste porvenir!
¿Qué dirá de mí la gente?     ¡Yo de vergüenza voy a morir!—.
Ha pasado cierto tiempo,     luz a un niño hermoso dio.
Se le cogió entre sus brazos     y hacia el monte se marchó.
Se lo dejó en un barranco,     (y) envuelto con un pañal,
ocultando la deshonra     de esta madre criminal.
Pero, al siguiente día,     un pastor que pasó
por aquella cercanía     a un niño llorar oyó.
Y, al irle a dar auxilio,     (y) emocionado vio
de que era un recién nacido;     y él a su casa se lo llevó.
Y el pastor, con alegría,     pronto a su casa llegó.
Su mujer le dio la entrada     y aquel niño la entregó.
Se fueron a la parroquia,     lleno de gozo los dos,
bautizando al pobre niño     que en sus manos puso Dios.
Cuando llegó a ser mozo,     le dicen con dulzura,
dicen que si estudiar quiere     pa la carrera de cura.
Le dieron el estudio,     logrando su intención,
y, al cumplir veintidós años,     llegó a ser cura en la población.
Pero, un día inesperable,     en la iglesia penetró
tristemente una señora     y al confesor se acercó;
se arrodilló en el momento     y el padre la preguntó:
—Dígame usted sus pecados     para que la absuelva Dios.
—Padre, tengo una pena     de que hice un gran mal,
y mi conciencia me dice     que yo he sido una criminal.
Hace veintidós años,     a un hijo abandoné;
no sé si es vivo o es muerto,     sobre un barranco yo le dejé—.
Quedó el padre trastornado,     sin aliento y sin valor
y, al oír lo confesado,     creyó morir de dolor.
—(Y) usted debe ser mi madre,     por lo que se explica usted.
Quiso Dios que yo encontrara     la madre que me dio el ser.
—Hijo de mis entrañas     y de mi corazón,
por ocultar mi deshonra     hice yo tan mala acción.
—Madre, yo la perdono,     porque comprendo yo
que la culpa no fue tuya,     sino del hombre que te perdió.

Resumen de "El confesor de su madre"

Una joven mantiene relaciones con un muchacho del que queda embarazada. Este se desentiende de ella, así que la muchacha, apurada, decide abandonar al niño en medio del campo. Allí lo encuentra un pastor, que se lo lleva a su casa. Su esposa y él deciden criarlo. El niño crece y se hace cura. A su parroquia acude un día una apurada señora para confesar el crimen que cometió hace varios años. Ambos se reconocen. El hijo la perdona porque comprende que la culpa fue del hombre que la deshonró.