Lux aeterna

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Notas

En esta versión se repiten todos los segundos hemistiquios, exceptuando los de los versos 5, 6, 8, 9, 12, 13, 14, 15, 23, 27, 29, 31, 32 y 33.

Registro sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00004B 02).

Título indicado en las anotaciones de campo: "La pobre Adela".

Muchos de los temas de esta entrevista fueron también transcritos en el Catálogo Folclórico de la provincia de Valladolid.

Bibliografía

IGRH: 0195

Otras versiones de "Lux aeterna"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 3917, 3918); Alonso Fernández y Cruz Casado (2003: n.º 13); Atero Burgos (2003: n.º 26); Barrios Manzano y Jiménez Rodrigo (2002-2003: n.º 111); Benítez Sánchez (1999: pp. 288-291); Benítez Sánchez (2000: pp. 276-278); Checa Beltrán (2005: n.º 10); Cid (1974: n.º 38); Díaz (2007: E.6); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1990: pp. 128-136); Esteve Faubel (1998: pp. 1109-1115); Fraile Gil (2013: n.º 26); Heredia Menchero (2017: n.º 1033, 1034); Hernández Fernández (2010: n.º 81-82); Higueras Martínez y Aguilar González (2000: pp. 157-158); Majada Neila (1984: n.º 93); Manzano Alonso (2003: pp. 396-411); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 168); Moreno Moreno (2016: n.º 29); De Mur Bernad (2015: n.º 156); Nieves Martín (2010: n.º 511); Pimentel García (2020: n.º 137); Piñero Ramírez (1996: n.º 27); Piñero Ramírez (2004: n.º 21); Piñero Ramírez (2013: n.º 68); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: pp. 103-104); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 38); Rico Beltrán (2009: n.º 92); Romero López (1995: n.º 23); Tejerizo Robles (2007: n.º 435); Trapero (1985, n.º 109); Trapero (2000a: n.º 161); Trapero (2003: n.º 78); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 166); Trujillo Pacheco (2017: n.º 25).

Contaminaciones y engarces

Lux aeterna + Entierro y boda contrastados (Trapero, León Felipe y Monroy Caballero, 2016: n.º 167).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Un mozo y una moza     se cortejaban.
Hacía cinco años     que ya se hablaban.
El día de su santo,     la regaló
un corte de vestido     de gran valor.
—Tómalo, —dice     con tanta gracia—    
te traigo el vestido;     lo más bonito que hay en España—.
Pero, al siguiente día,     fue a cortejar
Juan, que estaba muy triste     y no tenía ganas de hablar.
—¿Qué tienes, Juan,      que estás tan triste?
Si es que no me quieres,     tú me lo dices.
—Ya no te quiero, Elena,     que quiero a otra
que la han visto mis ojos:     de tus amigas, la más hermosa—.
—No me lo digas, Juan,     no lo digas, no,
porque, si me lo dices,     de pena grande me muero yo—.
—Madre, cierra la puerta;     cierra la puerta y vente a mi lado,
que antes de morir quiero     darte un encargo.
Si viene Juan a verme     después de muerta,
no le dejes pasar     de aquella puerta.
Vendrán todas amigas,     menos Dolores,
a poner en mi tumba     cintas y flores—.
A las tres de la tarde,     tocan a muerto.
Juan, que estaba a la puerta,     se metió adentro.
Coge el retrato     y le besaba.
Junto a los pies de Elena,     se arrodilló.
A las cinco la tarde,     pasa el entierro.
Juan, que estaba a la puerta,     se metió adentro.
Pero, al siguiente día,     fue dando gritos al cementerio.
Sale el sepolturero,     compadecido:
—No llores, Juan,     no llores más,
que los huesos de Elena     son pa la tierra.
—¿Quién lo diría,     quién lo diría, 
que si yo me casaba     mi amiga Elena se moriría?—.
Sacó el revólver     y disparó.
Junto a los pies de Elena,     muerto cayó.

Resumen de "Lux aeterna"

En una secuencia que suele omitirse en algunas versiones, una muchacha nota que su novio se muestra poco elocuente y este le confiesa que ama a otra mujer. Ella enferma de amor y sus amigas acuden a visitarla. Una de ellas le informa de que su novio está saliendo con otra de sus amigas. En otra secuencia que remite a un popular poema de Juan Menéndez Pidal y que se omite en varias versiones, se relata la agonía de la joven, que le pide a su madre que abra la ventana para poder ver las estrellas, a lo que esta se niega por considerarlo perjudicial para su salud. Acto seguido, le encarga que no deje entrar a su amante y le indica la forma en que debe amortajarla. Por último, la joven oye aullar a un perro, signo de su inminente muerte. En otras versiones, la muchacha le pide a su madre que deje pasar a su novio para curarse; esta se niega y asegura que prefiere verla muerta. La enferma culpa a la madre de haber impedido sus amores con el joven. Se celebra el entierro y la comitiva fúnebre pasa por la puerta de Juan. Este se siente culpable, entra en su casa y se arrodilla delante del retrato de la difunta. Al día siguiente, acude al cementerio y, aunque el sepulturero le aconseja que se aleje de allí, el muchacho se acerca a la tumba de la joven y se quita la vida.