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Clasificación
Fecha de registro:
Referencia catalográfica:
0965r
Categoría:
Colección:
Colección de Jerónimo Anaya Flores
Informantes
Recopiladores
Notas
Títulos alternativos: "La suegra perversa", "Manuelita", "Doña Albela", "Doña Albora", "Doña Arbola".
Bibliografía
IGRH: 0153
Versión publicada en Anaya Flores (2016: pp. 137-138).
Otras versiones de "La mala suegra"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Estudios
KIORIDIS, I. (2015). La suegra «mata» a la nuera: dos ejemplos del motivo en las baladas tradicionales griegas y en el romancero, Atalaya [En ligne], 15.
URL: <http://atalaya.revues.org/1683>
SORIANO LÁZARO, E. (1981). El romance de la mala suegra recogido en Mezquita de Loscos, Kalathos, I, 179-182.
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Transcripción
Don Pedro se va de casa ……………
(Y) Carmela se paseaba por una sala adelante
con los dolores de parto, que el corazón se le parte.
Su suegra la estaba oyendo por el ojo de una llave.
[Com. 1: Y le dic-… ǀ Y ella decía:]
—¡Quién fuera valle de ti, y quién fuera de ti valle!—.
Su suegra la estaba oyendo por el ojo de la llave.
Y le dice: —Veste, sal, Carmela, y márchate en ca tus padres;
y a la noche vendrá Pedro, le pondremos de cenar,
le pondremos cama limpia y ropa para remudar—.
A la noche vino Pedro, le pusieron de cenar,
le pusieron cama limpia y ropa para remudar.
—¿Adónde está mi real Carmela, que no viene a visitarme?
—Hijo, tu real Carmela, se ha marchado en ca sus padres,
y nos ha puesto de malos hasta el último linaje—.
[Com. 2: Don Pedro se levantó y se fue en casa de… sus padres, de Carmela.]
Y al llegar por la portala se ha encontrado a la comadre.
Y le dice: —Bienvenido seas, Pedro, ya tenemos un infante.
Dice: —Bienvenido fuera el niño, si su madre lo gozase.
[Com. 3: Y era ya rabioso, como el que los había puesto de malos, ¿eh? La tía, me lo dijo. Y entra a la habitación y dice:]
—¡Levántate de ahí, Carmela! ¡Levántate de ahí, Carmela!
Dice: —¿Cómo quieres que me vante,
de dos horas parida y es capaz de esangrarme?
—Levántate de ahí, Carmela, no vuelvas a replicarme—.
La ha cogido en el caballo y se ha marchado en ca sus padres.
Andaron cuatro jornadas sin que ninguno se hablase.
Dice: —¿Cómo no me hablas, Carmela? —¿Cómo quieres que te hable,
si las ancas del caballo van ya bañadas de sangre?—.
Al llegar a la ciudad, las campanas repicasen.
—¿Quién se ha muerto, quién se ha muerto? —La marquesa de Olivares.
[Com. 4: Dice. Y responde el niño de un día:]
—No se ha muerto, no se ha muerto, que la ha matado mi padre
por una falsa calunia que le han querido levantarle;
la pícara de mi agüela reviente por los ijares.