El Duende que perturbaba a la muchacha y a todos en la casa

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Notas

Esta narración fue recogida en Martínez Reyes (2016: n.º 38).

Notas léxicas

cipote: ‘El Salv., Hond. y Nic. niño (persona que está en la niñez)’ (DRAE, 2014).
Según observamos en el MdD, este término es lematizado por los diccionarios académicos a partir del DRAE (1925): ‘El Salv. y Hond. Chiquillo, pilluelo’. La marca diatópica relativa a Nicaragua (Nic.) se incorpora en el Suplemento del DRAE (1970). En el ámbito no académico, como vemos en el NTLLE, vuelve a ser Alemany Bolufer en su Diccionario de la lengua española (1917) quien incluye por vez primera cipote: ‘Amér. En Salvador y Honduras, chiquillo, pilluelo, muchacho’.

(Nota léxica de Marta Torres Martínez)

Transcripción

Ese caso del Duende, fíjese que eso fue famoso en el pueblo. Había una muchacha ahí, que… se estaba criando con los abuelos. Y… yo creo que para ese tiempo esa cipota ha de haber tenido unos doce años, por ahí. De repente apareció en el pueblo que, que, que…, que a la hora de comer, no los dejaban comer, no los dejaban comer, les tiraban…, les tiraban tierra, basura en la comida. Entonces, de ahí, iban por | prendían luces: les apagaban la luz. En ese tiempo no había luz en el pueblo, sino que prendían… lámparas o velas. Les apagaban la luz. Entonces, entonces la, la gente empezó alarmarse porque eso se fue prolongando. Yo nunca fui a ver eso, mi papá si fue. Mi papá contaba que fue y efectivamente se daba eso, que les tiraban piedras y toda la cosa.

Entonces la gente, esa gente, el señor ese, el dueño de la, el dueño de la casa, el abuelo de esta muchacha, era el… ¿cómo se llaman esos de las iglesias? Mayordomos les dicen, los que cuidan las iglesias. Ellos eran mayordomos de la Iglesia católica. Entonces la gente empezó a llegar, iban a visitarlos. Y… era, era, era real. Como les digo, mi papá fue a verlo, mi papá creo que era alcalde en ese tiempo. Mi papá fue a verlo y nos contaba que era cierto el fenómeno. Llevó al cura para que fuera hacer un exorcismo, pero como que al cura no le funcionaba mucho. No le funcionaba el exorcismo. 

Y por último llevaron a un payaso, no sé qué era. La onda es que al fin se fue, se fue la tal cosa, desapareció. Y… decían que era el Duende que estaba enamorado de la cipota esa y que por eso hacía todas esas, esas cosas. Esa muchacha vive ahora en Santa Rosa de Copán, ya es una señora. No ha vuelto a llegar, pero parece que el Duende le dio buena suerte porque ahí en Santa Rosa es dueña de un montón de buses. Tiene montón de transporte ahí.