Audio
Clasificación
Informantes
Recopiladores
Notas
Esta narración fue recogida en Martínez Reyes (2016: n.º 70).
Guarizama: Hond., machete de gran tamaño. No en el DRAE.
Chotear: “mirar (dirigir la vista)”. DRAE.
Baronesa: Hond., “camión adaptado para llevar pasajeros”. DRAE.
Transcripción
[Mario]: —A mí me dieron un, un librito, un muchacho… que me dijo: "Si lo querés, si lo querés aprender, Mario", me dice, "te lo voy a prestar pa’ que lo copies". Era del Duende. Ya le sabía como tres hojas. Pero ahí no había compromiso, solo decía que si lo aprendía todo en ese librito, lo que iba hacer era que la hembra que yo dijera que me iba a casar con ella, esa hembra iba a ser mía. O sea, iba a ser mi esposa. Y si… | O si…| Y también que el negocio que yo destinara para trabajar, ese negocio me iba a ir rotundamente bien a mí.
Vine yo y lo andaba ahí. Y una vez andaba en la orilla de un río, hacia allá en Juticalpa, y me aparecieron dos malones ahí con pistola, de sombrero con botas y con dos… | y con un guarizama cada uno en la mano. Pasó el primero, de ahí el segundo, me quedó viendo y me pone la mano en el pecho. Y me dice:
—¿Para dónde caminas, hombre?
—Ahí voy —le digo— a buscar una poza más honda pa’ bañarme.
—Ajá, ¿y aquí qué andás? —Me mete la mano y me halla el librito. Y lo abrió y dice a leerlo —¡Fíjate que me gusta este librito, vos! —me dice.
Le digo: —¡No, no es mío! —le digo—. Es de un amigo mío que me lo prestó para que yo lo copiara —le digo— me lo aprendiera.
—No, fíjate —me dice—, pero este librito me lo voy a llevar yo —me dice— porque me gusta—.
Y fue cosa que se lo echó a la bolsa y ya dijo caminando. Entonces dije yo: "¿Para qué voy a reclamar esto? Este lo que puede hacer es matarme". Y dijo caminando y de ahí “taz” se para aquel para chotearme. Se para y me dice:
—¿Te gusta? —me dice.
—¡Sí, hombre! —le digo y, hombre, no me gustaba, no más…
Con lo poquito que yo aprendí, fíjese que dos veces me siguió un remolino, en una calle, en una baronesa que yo andaba. En una calle me siguió dos veces un remolino que yo lo miraba venir por, por los espejos. Y fíjese que el remolino me alcanzaba, y de aquí al mero par de la cabina, del mero encima de la cabina. Porque yo me paraba, porque aquella polvazón no me dejaba ver, y se perdía. Agarraba para arriba y se perdía. Cómo dos o tres veces. Cuando yo estaba aprendiendo eso, eso que estaba escrito en ese librito.
[Recopiladora]: —¿Y tenía como muchas páginas el librito?
[Mario]: —Sí tenía bastantes, como unas diez a doce.
[Recopiladora]: —¿Pero estaba impreso o escrito a mano?
[Mario]: —Me parece que… | no me acuerdo ya, pues. No sé si a mano o como parece.
[Recopiladora]: —¿Y no tenía dibujos, solo eran letras?
[Mario]: —No, solo era letra. Solo era letra. Después el muchacho me lo, me lo pidió, me lo reclamó y ya le conté lo que me pasó: "¡Puta!, ¿cómo me perdiste eso?". Es que a saber cómo lo había conseguido él.