Audio
Clasificación
Fecha de registro:
Referencia catalográfica:
1045r
Categoría:
Colección:
Colección de Jerónimo Anaya Flores
Informantes
Recopiladores
Notas
La informante le da el título de Una mañana temprano.
En esta versión, se repiten los versos 2, 7, 9, 11, 13, 15 y 17.
Bibliografía
IGRH: 0000
Versión publicada en Anaya Flores (2016: p. 224).
Otras versiones de "Galán que corteja a una mujer casada"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
Una mañana temprano, fui a misa con mi madre
y me encontré a una mujer que era más bella que un ángel.
Yo le perseguí los pasos solo por ver dónde entraba;
la vi entrar a un portal, le dije que si me amaba;
y si me decía que no, le dije que me mataba.
Ella me respondió al pronto: —Mire usted, que soy casada,
y a mi marido del alma no puedo faltarle en nada—.
Me fui muy desconsolado y a un arroyo me acerqué;
oí cantar un jilguero, con su voz me consolé.
Le dije: —Jilguero hermoso, ¿qué remedio me darás
para una mujer que amo y no la puedo lograr?
—Tú trátala con cariño y mírala con firmeza,
que, al fin y a el cabo, es mujer y ablandará su dureza—.
Yo me retiré de allí y hice lo que él me decía
y vi que antes de un mes ya logré más que quería.
—¿Para qué te resestías si te había de lograr?
Las mujeres de hoy en día son fáciles de encontrar.
—Clara soy, Clara me llamo, siendo clara me enturbié,
por eso no diga nadie: “De este agua no he de beber”,
por muy turbia que la vean y por muy clara que esté,
porque la vida es muy larga y puede obligar la sed.