Había que hacer conserva de tomate. ¿De tomate? Sí. Pues se compraban muchos tomates. Entonces, en lebrillos se iban | en unos se lavaban, en otros se iban quitando la piel que se le podía quitar y como se llame…, el pezón. No. ¿Cómo se llama es? Ea, el pezón. No. Eso tiene un pezón que | y un redondel. Que rodea los tomates lo mismo. Pues eso se le quitaba y se, se echaba a la de, a, a lebrillos. Y luego había las máquinas mismas de la matanza de picar la carne y eso, que se picaba el tomate. Y ya ese tomate picao, se le echaba unos polvos, que los vendían en la farmacia | Eso me acuerdo yo de ir a comprarlos: —Anda, compra pa tantos litros—. Y la farmacia te daban justo pa los litros. Tenías que decir los litros que… Y te daban justo pa que se lo echaras. Y cuando ya eso se movía mu bien, se llenaban botellas. Y la botella, le dejaban un trozo arriba y ahí se le echaba un poquillo de aceite y ya lo tapabas mu bien pa que no se floreciera. Porque si no tenía aceite, ese poquillo de arriba se florecía. Y ya lo guardaban eso pa luego to el invierno.