Lo miré, pero no, ya no lo he vuelto a ver, porque el Cadejo le tiene más miedo a la gente de ahora que antes. Antes había Cadejo Blanco y Cadejo Negro. El bueno es el blanco, el blanco; negro es bravo. A mí me salió el blanco. A mí me rodeaba, a mí me rodeaban cuando estaba joven porque yo fui tirador. Yo encontraba al Cadejo Negro y sentía un tufito como a ajo. Cuando sentía el tufito como al ajo, al rato se me atravesaba por camino. Antes no había carreteras, no que caminos. Yo tengo setenta y cuatro años. Entonces, yo vi- | nosotros salíamos de aquí de San Pedro a las propiedades afuera, a trabajar, entonces, a caballo o a pie. 

Entonces habían | el Cadejo Negro tira un olor… a ajo. El blanco no. El blanco era el bueno. Donde llega el blanco, no llega el negro. Porque el blanco le tiene miedo al negro, porque, si usted es cristiana, Dios la salva. Y si es satánica, el Diablo la persigue, porque es de él, usted es de él. Y si usted es con Dios, Dios la persigue porque usted es de Dios. El blanco macaneaba al negro porque el negro tiene poder, porque el negro es bueno. El blanco es bueno y el negro es malo, por eso es que le pega.