La matanza en Navares de Enmedio

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Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 1099n

Recopiladores

Notas

La informante dice “istentinos” en lugar de “intestinos”.

Transcripción

[Charo:] ¿Las matanzas? ¡Ay, las matanzas! ¡Lo pasábamos de niños de bien allí en el pueblo! Porque las que éramos primas, pues nos juntábamos. Ellas venían a mi matanza y yo me iba a la suya también, cuando mataban. ¡Ay, qué pena me daba cuando mataban el cerdo! ¡Ay, qué pena! ¡Oy! Le sacaban del, del cuchitril que le teníamos metido, con un gancho le cogían de abajo. ¡Ay, qué angeli-, qué lástima, de verdad! Para que saliera, si no, no había forma de, de sacarle. Tirando del gancho y el otro empujándole de- | Le poníamos encima, encima de un banco y allí mi padre, me acuerdo, con un cuchillo grande de esos, era el que le metía | ¡Ay, ay, ay! Yo no lo quería ver. A mí, eso de aquel…

[Recopiladora:] Pero luego trabajabais todos en la matanza y venía mucha gente a comer, a todas esas cosas que decías, que venían los de alrededor y le dabais a uno que no tenía comida los restos o no sé qué.

[Charo:] ¡Ah, ese, ese! El Marcazos que se llamaba. Le llamaban. Pobrecillo. Es que ese comía muchísimo, muchísimo. ¡Ese se iba a toas las casas!

[Recopiladora:] ¿No había, no había matancera? ¿No había oficios de personas que se dedicaban a la matanza? Como la matancera…

[Charo:] No. Allí, hacíamos la matanza cada uno de lo nuestro y yo, con, con mi hermana, pues nos dábamos | ella me daba, yo la daba y eso. Luego, hacíamos las morcillas. Eso estaba muy bien también. En una caldera grande | esa la hacíamos en la calle. Hacíamos una hoguera, poníamos unas trébedes y poníamos una, una caldera muy grande con el agua por la mitad y allí echábamos las, las morcillas. Que primero, claro, había que picar la carne, había que embucharlo... ¡Uy! La matanza era un, un trajín. Y las tripas, ¿lavar las tripas? ¡Bueno, también! Los istentinos en el río. Mucho, mucho. Y las manitas, que se nos quedaban frías. Llevábamos un cacharrito con agua caliente, pero si las metías en agua caliente, te escocían los dedos. Era mejor cuando ya es- | terminábamos o cuando eso, nos las poníamos así. Ahí un rato hasta que se calentaban. Hija, de verdad, de niñas hemos pasado mucho.