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[Recopilador:] Y lo que le preguntaba… ¿los altares cómo eran?
[Luis:] Bueno, mira, los altares, los altares… de muertos eran, eran… | así, ya se acuerda como el doctor, na más que ahora muy sofisticados, que ahora le ponen tantas cositas que no, en aquellos entonces no le ponían. Acá no, acá se le ponen, se le ponen todo, se le ponen su pan, se le pone to- | bueno es que si le gustaba el tequilita, se le pone su tequilita y todo. Sus veladoras, y su agua y, y, y sus banderitas, todo, sus banderitas. Pero se le hacían banderas especiales. Porque eso es lo que le nombran la tropa, dicen ese es la tropa, ese es la tropa de Jesús, que le nombran, entre | pa, pa tos los difuntos. Se les hacen banderitas en toda la fruta, cosa que ya no lo hacen. Se les hacen puras banderitas chiquititas, mira así con popote, un popotito y puras banderitas, y todas | en los plátanos, vas tú, vas tú clavando las banderitas así, mira, que hace cuenta, hace cuenta, se mueven las banderitas como cuando van las hormigas arrieras con su, con su comida, que bajan del á-, del á-, del árbol con a-, con aquí que llevan su comida, una retajila así, mira. Y así se les pone las banderitas. Todas las banderitas se les ponen así, mira. Que lo mismo a, a las naranjas, se les ponen todas sus banderitas así alrededor, ¿eh? Porque la | todo tiene un significado, ¿eh? El plátano sencillamente, al plátano le pones que es el camino y el | es el camino para sí haci-, hacia el camino. La naranja, que es redonda, ese es el círculo, ese es el mundo, el mundo de los muertos, donde tan de-, ellos pueden tar dentro, como pueden tar por fuera. El círculo de las banderitas que se le ponen así, mira. Todo. Es lo que le digo yo que mucha gente habla de, de que, que los Aztlán, de los Aztlán…, digo, pero si hablan de los Azt- y no saben el significado. Son bailes profanos que no son… ni, ni religiosos, los, las danzantes no son ni religiosos, las danzantes no son religiosos, pero tienen un significado.
[Recopilador:] ¿Ponían siete niveles también, siete escalones o antes no se usaba eso?
[Luis:] Mande.
[Recopilador:] Si usaban que se ponían siete niveles en los altares.
[Luis:] — Bueno…, según, según, según tus posibilidades, las tenías tú. Aquí mi tía tenía una, una se- | aquí así, mira, tenía sus, tenía sus graditas…, tenía sus gradas, ¿me entiendes? Tenía sus gradas, pero nosotros chicos, ¿te imaginas? La usábamos como escalerita, pos nosotros las desgraciábamos todas. Chiquitillos, tenía sus graditas, mira, para, para subir y bajar, onde ponían todo, todo, todo para… Lo mismo que para el Viernes de Dolores y todo eso… y pa el Día de Muertos. Todo era un especial.
El día de muertos no me gustaba a mí por muchas razones, que aquí se hacía mucho pan, hacían mucho pan allí arriba, tenían un horno grandotote… y unas cubetotas, y mis hermanas allí…, y haciendo gorditas de horno. Yo atizaba, recalentaba el horno, y a saque, y saque y unas canastotas, y que “llévale a mi comadre”, que “llévale a mi com-“ y que “llévale a Julana” y que “llévale a Sutana” y…, y las cubetas no bajaban. Y todavía mis hermanitas haciendo muñitos, así de, de pan así, muñitos de pan. Y yo metía las hojas y…, y hijo de la canija, sí, ¿pa que te voy a decir que la cara-? No, decía mi mamá “échale otro chingalazo pa que te, pa que ya no te haga así en tus pinches berrinches, ándale, al cabo de todo ya falta menos”. Mira, me compraba mi mamá, oye lo que te digo, pa que no me enfadara, me compraba mi litro de mezcal:
—Ándele, una cubetita, vamos, más pa nosotros…
—Sí, hijo, sí, si van a salir poquitas, hijo…—.
No hombre…, una pinche cubetota así rilio-, rilia-. Y ahí me tienes en el horno, mira… y sácalas, y si | y mete los | y mi jefa, pos como ella era, era familiar de, de panaderos, que su tío Dieguito, que su tío Dieguito y que sabían cómo atizarle y cómo… la, la | todo, ¿no? Así es que te imaginas, metían leña gruesa y yo al redor del horno, así. Y tenía puesto un de- pa que saliera el humo, que no se humeara. Así es que las metía y ya yo ya iba con los tres pegues de quilotas que me aventaba y…
—Ay, po están crudas —pos decía— prefiero que salgan medio quemaditas y no crudas. —Y órale.
Y decía: —¡Ay!, te-, te-, ay, mira no más —dijo— te tan saliendo bien bonitas, hijo, mira, muy doraditas, hijo—.
Digo: —Voy a… echarme otro, así pos ya me echo otro y ya veo ya las veo más, más doraditas—.
Ay, yo salía pero enfadao, mira, decía allá daba los olo-, los olores acá, a las gorditas de horno, desde allá hasta acá abajo se olo- | se regalaban, entonces se regalaban las gorditas, así. Mi mamá a todos aquí regalaba, ahorita aquí que mi comadre y además se iban al agua, entonces todavía se usaba el agua de la, el agua de la, de que le llaman “el Coyote”, con el puro pretexto, se oían los, los pasos por la parte de atrás on taba la cocina. Porque el horno no taba así a la vista, el horno taba dentro de una cocina, pa que no entre aire, ¿eh? para que se te proteja. Aquí tie el horno, digamos, aquí. No se va a poner ahí afuera, aquí se pone el horno y donde no le entre el aire. Se busca el sitio donde no le entre el aire, a la puerta. Así es que de allí… hijo de toa la canija, y decía mi mamá, decía “ahí va alguien al agua”. No pos con los olores y… tocaban la puerta. Decía: “Coma, ya mero acaba, le ayudamos, pásele, comadre, ándele”. Ya tenía mi jefa, fíjate, una ca- | un hoyote así de, mira de, de café o sino atole, pero café, y decía: “No…, de café, ándele”, muy tempranito con sus gorditas de… | y ya “le lleve, llévele a doña Pachita sus gorditas, pero eso eran no… Una vez fue Mau… Mau a ayudarme. Mau, la que trabajaba de, de empleada del doctor, pues era Día de, Día de, Día de Muertos. Que les dijo el doctor que fueran a ayudarle a, a, al hijo de… “Hoy no se trabaja y hay que ir a llorarle al hueso… un día del año”. Y yo le digo:
— Ay, Mau —le digo yo—, no más viera… la friega que me espera a mí —le digo yo.
—Si yo, yo le iba a pedir permiso sino me lo da el doctor, yo le iba a pedir permiso.
—Tengo que ayudarle a mi mamá a hacer las gorditas.
—¿Hacen también gorditas? —dijo— En mi casa también hacen —dijo—, hacen gorditas.
—Y pos aquí también hacemos, aquí también mi mamá hace gorditas—.
Dijo: —¿Y dónde?
—Mírele, allá p’arriba donde están las vacas, allá.
—Si quiere, voy a ayudarle.
—No, hombre...— .
Y ahí vamos. Hijo de la canija, ella, ella esperaba, ella esperaba que era una cubetita. Pinches cubetotas así, ¿te imaginas? [¿…?] la canija.
—Nombre, hijo de la canija…
—¿Y qué tal le pareció?—.
Dijo: —No, pos son demasiado—.
Pero ya después se guardan en una canasta, y ya se van calentando…, y tan bien sabrosas. Bien sabrosas las gorditas de, de, las gorditas de horno.
[Recopilador:] Ya casi no hacen ahora.
[Luis:] No… ¿quién hace gorditas de horno? Ahora ya no. Las encuentras embajadoras, allá las compras pero, ¿que alguien que haga aquí, aquí como antes? No, no, no más, no, no la gente como mi mamá hacía. Mucha gente hacía sus gorditas de… | que las hacía tres días antes o las hacía el mero día, pero… que hacían, hacían, hacían las gorditas. Hoy ya no, ya no se usa todo de eso.