Audio
Clasificación
Fecha de registro:
Referencia catalográfica:
1146c
Categoría:
Colección:
Colección de Jerónimo Anaya Flores
Informantes
Recopiladores
Notas
La informante la titula El mayo de la Cruz bendita e informa de que se cantaba durante las cruces de mayo.
Bibliografía
Publicada en Anaya Flores (1986: pp. 133-135; música p. 171).
Transcripción
Gracias a Dios que he llegado
a la entrada del portal;
los angelitos del cielo
me vienen a saludar.
Gracias a Dios que he llegado
a esta casa de oración
a cantar al crucifijo
las coplas de su pasión.
Gracias a Dios que he llegado
a esta casa de alegría,
donde está la Santa Cruz
y la sagrada María.
Gracias a Dios que he llegado
donde está la Santa Cruz;
adorarla, compañeros,
que en ella murió Jesús.
Adórote, Cruz bendita,
que estás en campo sereno
y el galán que te venera
es Jesús de Nazareno.
—¿Quién te puso, Cruz bendita,
para darte el parabién?
—Una mujer muy devota,
cristiana y de buena fe.—
Benditos los dos espejos
que adoran la Santa Cruz
y los cuatro candelabros
de nuestro Padre Jesús.
Despierta, si estás dormida,
mientras pasan los tormentos,
y el Cordero Sacrosanto,
después nos enmendaremos.
—¿A quién echaré por mayo
a esta cruz tan milagrosa?
—A Jesús de Nazareno,
que la tomó por esposa.—
Ahora, cruz maravillosa,
recibir a vos por mayo
a Jesús de Nazareno,
que está en la cruz enclavado.
Ya está en la cruz enclavado
con fuertes clavos de hierro
y una corona de espina,
que le traspasa el cerebro.
Ya está en la cruz enclavado
aquel divino Señor,
con los dos brazos abiertos
esperando al pecador.
Dulce Jesús de mi vida,
divino y manso Cordero,
yo soy aquel pecador
que tan ofendido os tengo.
Perdón os pido, Señor,
si me queréis perdonar
lo mucho que os he ofendido
en esta vida mortal.
[¿Admirablo?] sacrosanto,
del alma dulce prenda,
tu nombre será alabado
en el cielo y en la tierra.
En breve quiero explicar
de la Pasión un suceso,
para mayor brevedad
serán los diez mandamientos.
El primero, llegó Judas,
cuando aquel manso Cordero
estando en el güerto rezando,
le vendió en treinta dineros.
El segundo, los judíos
por el güerto se marcharon,
y con grande griterío
por la calle lo arrastraron.
El tercero, en el concilio
todos juntos se reunieron,
piden que le crucifiquen,
como así luego lo hicieron.
El cuarto, cantó el gallo,
cuando le negó san Pedro,
conforme lo iba predicho
aquel divino Maestro.
En el quinto, la coluna
con preferidá lo amarran,
y descargando grandes golpes
sobre sus santas espaldas.
En el sexto, lo cornén
con muchas ramas de espinas,
y brota un río de sangre
de aquella frente divina.
En el séptimo, la cruz
en los hombros le colocan,
y entre insultos y blasfemias
hacen que llegue al Golgota.
El octavo, en el Calvario
le tendieron sobre el leño,
(y) le clavan de pies y manos
y descoyuntan sus güesos.
El noveno, y expiró,
y vino soldado luego,
dándole una lanzada
que le traspasa su pecho.
El décimo, en el sepulcro
depositaron el cuerpo
del Señor que ha de venir
a juzgar vivos y muertos.
Observarás donde adores
los sagrados mandamientos
que el Señor que los dispuso
es Dios y Redentor nuestro.
Ahora que juntos estamos,
Señora, en tu santa casa,
te pedimos y rogamos
nos des tu divina gracia.
Ahora que juntos estamos,
Señora, en tu Santa Cruz,
te pedimos de rodillas
que nos salve el buen Jesús.
Ahora que juntos estamos,
te pedimos con amor,
Madre mía, que nos vamos,
nos eches la bendición.
Mis compañeros me dicen
que me despida de la Santa Cruz:
de rodillas en el suelo,
adiós, Cruz. Amén, Jesús.