[Juani:] El pueblo de las moscas, que dice que es Mancha Real.

[Francisca:] ¡Ah! Yo no sé.

[Juani:] Porque somos muy orgullosas.

[Francisca:] ¿Ah, sí?

[Juani:] Sí. Pero eso es una tontería, vamos. Hombre, es una tontería, porque aquí la verdad es que había muchas empresas, antes, de muebles de cocina, la gente estaba bien y se | unas ropas toas mu buenas y | Pero luego, las que nos criticaban, por ejemplo, venían de otros pueblos a vivir aquí y se ponían lo mismo que nosotras. Pues, entonces, no critiques, porque… Tú tienes más moscas que yo. O por lo menos, las mismas, ¿no? Eso es las moscas. Pero moscas, porque decían que tienen moscas, moscas, que tienen. Pero es eso, porque había… Eso es lo que había. Había dinero con las empresas. Luego, vinieron toas abajo, pero bueno. Algunas quedan todavía. Pero esa era la cosa, de que las | como decían, los carpinteros, los carpinteros tenían muchas | Subían ahí.

[Francisca:] ¡Uh! Esos subían mu deprisa.

[Juani:] Los carpinteros, los carpinteros.

[Francisca:] Esos subían poco deprisa.

[Juani:] Porque había dinero y, entonces, la gente se compraba buena, buenas ropas y bue- | Y, a ver, por eso eran las moscas.

[Recopiladora:] ¿Por las pretensiones?

[Juani:] Sí.

[Francisca:] ¡Yo he hecho más lana! ¡He hecho más lana que pelos tengo en mi cabeza!

[Juani:] Lana, eso sí. Y croché también.

[Recopiladora:] ¡Lana! ¡Cuénteme cómo lo hacía!

[Francisca:] Comprábamos unas madejas. ¡Con las agujas! Le hacía a este un saquito, al otro, otro saquito porque el angelico, a ver, eso, na.

[Juani:] No tenían ropilla, a ver. Pasaba, pasaba de unos a otros, ¿no? La ropa. No había ropa.