Diego Corrientes

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 1149r

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Notas

El informante indica que, aunque lo sabe completo, por ahora recitará solo la sentencia de Diego Corrientes.

Aclaraciones léxicas:

Diego Corrientes: célebre bandolero español (1757-1781).

enmortirizar: por inmortalizar.

Bibliografía

IGRH: 0000

Otras versiones de "Diego Corrientes"

Atero Burgos (2003: n.º 258); Nieves Martín (2010: n.º 513); Pimentel García (2020: n.º 865); Piñero Ramírez (2013: n.º 76).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

BOTREL, J. F. (1986). Diego Corrientes ou le bandit généreux: fonction et fonctionnement d'un mythe. En Culturas populares. Diferencias, divergencias, conflictos. Madrid, Casa de Velázquez: Editorial Universidad Complutense.

BOTREL, J. F. (2007). "El que a los ricos robaba...": Diego Corrientes, el bandido generoso y la opinión pública. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Recuperado de http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcdr383

CASAS-DELGADO, I. (2016). La pervivencia del bandido generoso. Del asesino nato a la víctima de las injusticias sociales. Cuadernos de Ilustración y Romanticismo: Revista del Grupo de Estudios del siglo, 22, 35-56.

CRUZ ARTACHO, S. (2001). Del 'buen' y del 'mal' ladrón. En torno a la imagen del bandolerismo en la Andalucía del siglo XIX. En P. Anguera (Ed.), Símbols i mites l'Espanya contemporània (pp. 103-133). Reus: Edicions Centre de lectura.

NADAL SÁNCHEZ, A. (2000). El bandolerismo en España y Andalucía. En R. Merino Rodríguez (Ed.), El bandolerismo andaluz. Actas de las III jornadas. Jauja, 23 y 24 de octubre de 1999. Ayuntamiento de Lucena.

PALACIOS FERNÁNDEZ, E. (1993). Guapos y bandoleros en el teatro del siglo XVIII: los temas y las formas de un género tradicional. Cuadernos para la investigación de la literatura hispánica, 18, 253-289.

PIÑERO RAMÍEZ, P. M. (2007). El romancero noticiero en la tradición oral andaluza. El romance/canción de Diego Corrientes. En La voz y la noticia: palabras y mensajes en la tradición hispánica (pp. 182-211). Diputación Provincial de Valladolid - Fundación Joaquín Díaz. 

VIUDES FERRÁNDEZ, A. (2017). Bandolerismo. De la imagen al mito [Tesis doctoral]. Universidad Miguel Hernández.

Transcripción

—Anda con Dios, fortunita,     ya me esamparó la suerte;
yo vine a buscar la muerte     por librar otra personita,
que estaba esconsolaíta,     presa por mi libertad.
Y más yo no pude entregar     a quien robarle he tenío;
viví feliz y dueño mío,     por ti muero, bueno va.
Maté a Juan, el renegao,     ya su delito pagó;
si en buena hora cogió,     háigalo Dios perdonao.
Primer hombre que he matao,     al fin murió por su sino;
quiera ese cielo divino     tener de mí compasión,
que bien merece el perdón     el que mata a un asesino.
Pero no hay esperanza, lo sé,     porque me la niega el cielo;
solo me queda el consuelo     que de por salvarla fue.
Contento yo sufriré     mi cadena y mi prisión;
cumplí con mi obligación     por librar la prenda mía,
no en vano ayer te decía     que hoy te prueba el corazón.
Corazón mío, valor,     que a fe te prueba hoy:
Diego Corrientes* yo soy,     aquel que a nadie temía,
aquel que en Andalucía     por los caminos andaba,
el que a los ricos robaba     y a los pobres socorría.
Yo soy aquel pregonao     que a nadie nunca he temío,
ni aunque por mí han ofrecío     dos mil doscientos ducaos.
Por mi gusto me he entregao,     nadie a prenderme llegó,
todo el mundo me respetó     y a todo el mundo hice cara;
mi nombre nadie me entregará     si no me entregara yo.
Utrera del alma mía,     tierra donde yo nací,
yo pa siempre te perdí,     yo que tanto te quería.
Torre de Santa María,     yo ya no te volveré a ver.
Yo vine a libarme hoy     por librar a una mujer,
y por mi desgracia estoy     preso por primera vez.
De mi muerte la sentencia     oí con serenidad;
las once acaban de dar     en el reloj de la Audencia.
No hay más que tener pacencia,     que el morir no es maravilla;
lo que siento es mi chiquilla     que por mi esgracia llora.
Solo me falta una hora     pa llevarme a la capilla.
Corazón mío, valor,     que a fe te prueba hoy. [Com.1: Y dice:]
—Tú algo me ocultas, Dios mío.     —¿Pero tú serás tan fuerte
que a lo que decir me obligas     oirás sin estremecerte?—.
Dice: —Aunque sea tu muerte,     quiero que tú me lo digas—.
[Com. 2: Se ha entrado el escribano y lee:]
 —Hoy el rey, nuestro señor,     justo monarca y clemente,
queriendo enmortirizar*     por el recuerdo solene
el nacimiento de un príncipe     que al cielo benigno debe,
en cada Audencia de España     indulta un reo de muerte.
La suerte aquí ha decedido,     y puesto que os favorece,
en el nombre del soberano,     libre estáis, Diego Corrientes—.
[Com. 3: Y él dice:]
—Vete en toda     y no estés más tiempo aquí, Diego de mi corazón.
—Pero ¿quieres que de ti me aleje?     ¿Quieres que sin compasión,
estando tú en la prisión,     me vaya a Utrera y te deje?
¿Piensas que mi fuerza falla?     Cuando quieres que me vaya,
algo me ocultas tú.     —Yo na yo te oculto, Dios mío.
—Pos yo contigo quieo penar.     De rodillas te lo pío,
dime lo que ha sucedío,     dime, por Dios, la verdad—.
[Com. 4: Dice:]
—Pero ¿tú serás tan fuerte     que a lo que decir me obligas
(…………………………)     o ya sin enternecerte?
—Aunque sea tu muerte,     quiero que tú me la digas.
—¿Tendrás valor?     —La tendré—.
Pos ya escuché la sentencia     que dio la sala en Sevilla,
y ahora aguardo con pacencia.
Al dar las doce en el Audencia,     me llevan a la capilla.
—¿Con que es preciso morir?—.
[Com.5: Y en esto que se ha pasao lo que pasó, que viene a darle el indulto. Y ya dice:]
—De mi muerte la sentencia     oí con serenidad;
las once acaban de dar     en el reloj de la Audencia.
La muerte cerca me vi,     con pacencia la esperé;
si ella me respetó, fue     porque Dios lo quiso así.
De veras me arrepentí,     ya esta vida se acabó,
que en enmendarme me dio;     daré al pobre de lo mío,
que al rico Dios se lo dio.
Aquí viviré, Consuelo;     tu gusto será mi afán,
y con envidia nos verán     los angelitos del cielo.
Ya se acabó en este suelo     aquel que a nadie temía,
aquel que en Andalucía     por los caminos andaba,
el que a los ricos robaba     y a los pobres socorría. [Com. 6]
 
[Com. 6: Ahí…, ahí termina la…, la…  defensa; es la terminación. Esa es la sentencia que le dieron aquí a aquel; era  un bandido, que estaba por ahí… na más que…, que robaba a los ricos y socorría a los pobres, y así iba pasando.]

Resumen de "Diego Corrientes"

Diego Corrientes, un bandolero, es apresado y llevado a juicio por matar a un asesino. En la audiencia, Diego acepta con resignación la pena de muerte y recuerda su pasado como bandolero en Utrera, donde robaba a los ricos para entregarle el botín a los pobres. Asegura que se ha entregado para librar a su novia de prisión. De repente, entra en la sala un escribano, que anuncia que ese mismo día el rey ha decidido indultar a un reo de muerte de cada una de las audiencias españolas y que, en este caso, la gracia ha caído sobre Diego. El bandolero se arrepiente de sus actos y decide llevar una vida honrada al lado de su novia.