Jotas de Alcoba

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Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 1155c

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Notas

Debido a problemas técnicos, no se aprecia en el archivo sonoro la primera palabra de la decimoquinta estrofa.

Transcripción

Yo me enamoré de noche
creyendo que era bonita,
y a otro día por la mañana
(y) era tuerta la maldita.
 
Todos los que cantan bien
tienen un cuerno en el culo,
y yo como canto mal
no tengo cuerno ninguno.
 
La gracia para cantar
ni se compra ni se hereda,
se la da Dios a quien quiere
y a mí me dejó sin ella.
 
Eché un limón a rodar
y en tu puerta se paró;
(y) hasta los limones saben
que nos queremos tú y yo.
 
A cantar me ganarás,
pero no a saber cantares,
que tengo yo un arca llena    
y encima dos mil costales.
 
En tu puerta sembré un guindo    
y en tu ventana un cerezo;
por cada guinda un abrazo,   
por cada cereza un beso.         
 
Si te han gustado mis ojos,     
se los pides a mi madre;
y si te dice que no,    
retírate y no te enfades.
 
Al olivo, al olivo,
y al olivo subí,
por cortar una rama
del suelo caí.
 
Del suelo caí,
¿quién me recogerá?
Esta cachi morena
que la mano me da,
 
que la mano me da,
que la mano me dio,
y esta cachi morena
(y) es la que quiero yo.
 
Que bonita que no eres    
y gracia que no me haces,
por Dios te pido, morena,     
que por mi puerta no pases.
 
Todos los que cantan bien    
se arriman a la guitarra,
y yo como canto mal    
ni me arrimo ni me llaman.
 
El alcalde es el que manda,     
el alguacil que pregona,
y las madres de los quintos    
unas ríen y otras lloran.
 
Cuando sales a bailar    
con los brazos extendidos,
pareces águila real    
cuando sale de su nido.
 
Cuando sales a bailar  
con ese garbo y salero,
(y) una campana dorada    
pareces de pie en el suelo.
 
En este canto me siento   
(y) hasta que salga la luna,
por ver si puedo llevarme    
de las tres hermanas una.
 
Si me quieres, dímelo,     
y si no di que me vaya;
no me tengas al sereno,    
que no soy cántaro de agua.