La fortuna de la Samaritana

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Notas

Registro sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00007A 37)

Título indicado en las anotaciones de campo: "La samaritana".

Bibliografía

IGRH: 0017

Otras versiones de "La fortuna de la Samaritana"

Álvarez Cárcamo (2019: 25.23); Fraile Gil (2010: n.º 152); Díaz (2007: A.6.1); Pimentel García (2020: n.º 275); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 154).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

PIÑERO RAMÍREZ, P. M. (2012). Motivos de la canción popular aseguran el código simbólico del romance. El caso de La Samaritana. Olivar, 13 (18), 295-316.

Transcripción

¡Quién tuviera la fortuna     que tuvo la samaritana,
que, en el brocal de su pozo,     detuvo a Cristo en palabra!
No pensaba que era Cristo     ni de Cristo se acordaba,
pensaba que era un mancebo     que de amores la trataba.
—Deja de pecar, mujer,     mira que has de ser juzgada.
Con siete hombres has dormido,     con ninguno estás casada.
—Sepa usted bien lo que dice,     sepa usted bien lo que habla;
le ha de costar el dinero     porque soy mujer honrada.
—¿Me lo negarás, mujer,     Jueves Santo de mañana,
que arrojastes a un mancebo     por la tu baja ventana
y le pusistes al cuello     una reliquia preciada,
y se lo encargastes mucho     que no la dejara en casa?—.
Al oír estas palabras,     cayó p’atrás desmayada.
—Levántate de ahí, mujer,     que tú ya estás perdonada.
Tres sillas hay en el cielo,     siéntate en la más preciada.
 
[Com:
Constantina: —Si yo sabía muchísimas, muchísimas. Si yo sabía muchísimas, muchísimas, pero fíjese.
Recopilador: —¿Esa dónde la ha aprendido usted? ¿De…, de…, de pequeña o…?
Constantina: —¡Oh, claro, de pequeña! Si yo sabía muchas. Si estuve cantando en la iglesia, era yo primer cantora. Estuve cantando en la iglesia hasta cincuenta y cinco años, hasta cincuenta y cinco años.
Recopilador: —¿En dónde? ¿En qué pueblo?
Constantina: —En Castrejón de la Peña. Solo la música. Son canciones que se cantan en [¿…?], pero que son de Castrejón. Estuve cantando desde de pequeña hasta cincuenta y cinco años; era yo primer cantora. Y en la iglesia pues cantaba muchos cantares, muchos. La iglesia | La misa de don Custodio no se me ha olvidao, todavía la sé de memoria, la misa de don Custodio. Muchos, muchos cantares.
Recopilador: —¿Rogativas, por ejemplo, cantaba usted? Rogativas para pedir agua o para…
Constantina: —Pues…, pues se cantaba… Claro, había muchas novenas y se cantaba mucho así, también para cantar al agua.]

Resumen de "La fortuna de la Samaritana"

La Samaritana se encuentra en su pozo cuando Jesús se le acerca para pedirle un poco de agua. La joven cree que se trata de un mozo que está intentando cortejarla y se niega, arguyendo que es una doncella honrada. Entonces, Cristo la reprende por haber dejado entrar a un mozo por su ventana la noche del Jueves Santo. En ocasiones, también le recrimina que haya dormido con varios galanes. La muchacha se sorprende de que conozca su falta y le pide que le revele su identidad. Él se identifica como Cristo y le hace saber que ella es la oveja perdida. La Samaritana le pide que la ampare. En otras versiones, la joven se desmaya al comprobar que Cristo conoce su secreto. Él le pide que se levante y la perdona.