Audio
Clasificación
Fecha de registro:
Referencia catalográfica:
1191r
Categoría:
Informantes
Recopiladores
Notas
Registro sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00008 15 y ATO 00008 16)
Título indicado en las anotaciones de campo: "Rosina encarnada".
Algunos de los temas de esta entrevista fueron también transcritos en el Cancionero de Palencia, t. I. de J. Díaz.
Bibliografía
IGRH: 5019.9
Otras versiones de "Rosita encarnada"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
[Com.]
—(Y) al marcharte, Rosina Encarnada, me decías que tú me esperabas
y ahora vengo a casarme contigo y, ¡ay!, me encuentro que ya estás casada.
¿No te acuerdas del mantón de grana que de novios yo te regalé?
—Sí me acuerdo del mantón de grana y de varios regalos también.
—¿No te acuerdas del espejo plata donde yo tu retrato metí?
—Sí me acuerdo del espejo plata donde yo tu retrato metí.
—¿Dónde está el pañuelo de seda que desde África yo te mandé?
Ya que me has olvidado, Rosina, el pañuelo devuélvemele.
—Sí que es cierto que yo te he olvidado y mis padres la culpa han tenido,
que juraron darme la muerte si seguía tratando contigo.
—Si tus padres la culpa han tenido y de muerte a ti te amenazaban,
ellos van a purgar con la vida y también tú, Rosina Encarnada.
—Si tú gastas puñal de dos filos y la muerte me vienes a dar,
matarás una fiel criatura que en mi vientre inocente está.
—Yo no mato una fiel criatura, que es un ángel que vive inocente.
Cuando nazca y en el mundo viva, (y) a ti sola te daré la muerte—.
A los quince días salió a misa, y su novio al encuentro salió:
—Buenos días, Rosina Encarnada, (y) ahora vengo a lograr mi intención.
—Si tú gastas puñal de dos filos y la muerte me vienes a dar,
mira, mira, que luego vas preso con la Guardia Civil ahí detrás.
—Yo no siento que me lleven preso—. Y, al momento, rápido sacó
un terrible puñal de dos filos, que en su pecho diez veces clavó.
—Me has pagado, Rosina Encarnada, el estarme engañando dos años.
Si las culpas tuvieron tus padres, tú solita por ello has purgado—.
¶
[Com.:
Recopilador: —Y…, y, ¿se acuerda del nombre de alguno de los ciegos que venían o no?
Evarista: —No.
Recopilador: —¿Venían de…?
Evarista: —Venían, sí, con un lazarico.
Recopilador: —Pero, ¿qué instrumento tocaban?
Evarista: —Tocaban una bandurria.
Recopilador: —¿Bandurria?
Informante 2: —Un violín, un violín.
Evarista: —Un violín, esto…
Informante 2: —Mucho violín.
Recopilador: —¿No sería el tío Basilio, no?
Evarista: —Y otro… Yo no lo sé esto. Y otro también de un ciego, venía yo | Entonces ya me había yo casao cuando vino esa copla. O sea que… Hace que me he casao yo cincuenta y seis años y, de recién casada, vino esa copla, esa otra copla de | Es otra copla, ¡que era copla!, de santa Rosina Encarnada.
Recopilador: —¡Ah!, ¿“Ya venimos de la guerra de África”?, ¿“Ya venimos de la guerra de África”?
Evarista: —No, esta es…
Recopilador: —“…porque todo lo trae…”
Evarista: —No, esta es:]