Curaciones de culebrilla y características de los quinqueños

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Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 1193c

Informantes

Recopiladores

Notas

María Ortega, otra informante de Torres, asegura que conoce la oración, pero que no puede decirla porque pierde el efecto.

Agradecemos la valiosa colaboración de Loli, presidenta de la Asociación La Flor del Bolillo, que nos facilitó el acceso a las informantes, así como la cesión del local por parte del Ayuntamiento de Torres.

Transcripción

[María:] Mira, a mi marío le salió una culebrilla, pero…, pero grande. Y entonces, pues había una mujer allí abajo que las curaba. Sí. Y la mujer…, la mujer pues venía a mi casa y decía: Tú, por la noche yo vengo al atardecer y se las curo. Bueno, la mujer traía así una pluma con una cosa negra. Y entonces, pues le daba por aquí, que él le salió desde por aquí, aquí pa atrás en las espaldas. Mira, la primera día que le dio se puso malísimo. ¡Bueno! La segunda noche que fue, se puso peor todavía. Blanco como la pared, medio mareao. Y yo le decía: Eso es que, es que tú eres tan blando que…. Decía: Que no, es que yo me pongo mu malo cuando yo veo entrar a esa mujer. Y entonces, bajé yo a casa de la mujer. Digo: Mire usted, Juana, que es que mi marío se pone mu malísimo cuando usted va a curarle la culebrilla. Digo: ¿Por qué no me da usted a mí el ungüento y yo le doy y…?. Dice: ¡Ay! Hija mía, eso yo no puedo hacerlo. Dice: Pero mira, te voy a decir una cosa: lo mismo que se pone tu marío me pongo yo de mala. Porque es que era quinqueño. El de cinco machos seguidos es mi marido. Y la mujer, el de cinco hembras. Cuando se miraban los dos, se ponían pa morirse. Entonces, me dijo: Cuando yo vaya mañana, le dices a tu marido que haga así encima de la mesa y que no me mire, ni yo lo voy a mirar, porque como sigamos así, no se la voy a poder curar. Eso es te- | vamos, eso es cierto. Bueno, pues la mujer iba toas las noches, mi marío hacía así en la mesa, yo le levantaba la camisa, se la curaba, hasta hoy. No volvieron a ponerse malos, pero dos noches se puso pa morise. Sí, sí.

[Antonia:] Juana decía que no había visto | esa mujer. Decía que no había visto a nadie una culebrilla tan mala como la que tuvo mi suegro. Es que mi suegro le pillaba to esto, toa la espalda. Ella, ella pensaba que no la iba a poder curar, pero lo curó.

[María:] Pues él, lo único que era el de cinco machos y cinco hembras. Se miraban los dos, yo no sé lo que tenían, pero malos.