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Notas
Agradecemos la valiosa colaboración de Loli, presidenta de la Asociación La Flor del Bolillo, que nos facilitó el acceso a las informantes, así como la cesión del local por parte del Ayuntamiento de Torres.
Transcripción
[Antonia:] ¡Turu, tu, tu! ¡Se hace saber que por orden del señor alcalde, que mañana se corta el agua!
[María Ortega:] Decía: “¡Aviso al público! Mañana…”
[Paula:] Y el pescao, el pescao que iba a haber en la plaza.
[Antonia:] ¡Que va a haber pescao fresco!
[Paula:] Sardinas no sé qué, no sé cuánto…
[María Ortega:] Eso ya se ha perdío ya.
[Antonia:] ¡Que se ha muerto Perico El Tuerto!
[María Ortega:] Se ponían ahí en lo de tu…
[Antonia:] Sí, eso lo decían también, me acuerdo yo.
[María Ortega:] Ahí debajo el túnel, que hay una lonja…
[Antonia:] No se me olvidará jamás en la vida que, que ese era primo de mi padre, su tío. El cojo ese: —¡Tuuu, que se ha muerto Luis, tranquilos! ¡Que sus enteréis que mañana a las siete es el entierro y se entierra con la caja las ánimas!—. Y yo le decía a mi madre: —Mama, ¿eso que es la caja de las ánimas?—. Y yo estaba chiquitilla: —¿Qué es la caja las ánimas?—. Y yo también: —¿Que qué es la caja las ánimas?—. ¡Que te calles ya!—. Mama, pero, ¿qué es la caja las ánimas? Y mama, ¿qué es la caja…?—. Y se pone mi padre, me dio un tortazo: —¡Que no tiene caja! Y como no tiene caja, esa caja es pa to el mundo—. Y yo decía: —¿Y tos caben en la misma caja?—. Mi padre: —No, que por abajo tiene un cerrojo que ahora llega, abren el cerrojo, ¡chu! Se cae el muerto al suelo—. Y esa es la caja las áni-, esa era la caja las ánimas. Yo no, yo aquello me hizo a mí mucha sensación. Yo, cuando mi padre se murió, mi padre se murió con cincuenta y tres años, se murió joven y decía, decía: —¡Ay, mama! ¿Papa también lo van a enterrar con la caja las ánimas?—. Decía mi madre: —No, hija, que a tu padre ya le hemos comprao una caja nosotros—. Digo: —Es que fíjate tú como lo echaran allí y se espazorre.