El mozo arriero y los siete ladrones

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Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 1209r

Notas

Registro sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00009A 20)

Título indicado en las anotaciones de campo: "El mozo arriero y los bandoleros".

En los fondos del Museo Joaquín Díaz podemos encontrar grabaciones en video del gaitero interpretando alguno de los temas de esta entrevista.

En esta versión se repiten tres veces los primeros hemistiquios de todos los versos.

Bibliografía

IGRH: 0134

Otras versiones de "El mozo arriero y los siete ladrones"

Álvarez Cárcamo (2019: 23.2); Atero Burgos (2003: n.º 113); Díaz (2007: D.11); Fraile Gil (2016: n.º 90); Manzano Alonso (2003: pp. 379-380); Pérez Rivera (2015: n.º 258-260); Pimentel García (2020: n.º 431); Piñero Ramírez (1996: n.º 109); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: pp. 96-97); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 91); Salazar (1999: n.º 36); Schubarth y Santamarina (1984: n.º 356); Suárez López (2009: n.º 245); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 119).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

PEDROSA BARTOLOMÉ, J. M. (2016). La guerra de los bandoleros contra los arrieros, o el romancero de bandidos: entre la noticia y el mito. Artifara: Revista de Lenguas y Literaturas Ibéricas y Latinoamericanas, 16, 89-113. https://doi.org/10.13135/1594-378X/1379

Transcripción

Cogiera el vaso en la mano,     desta manera diciendo:
—Brindo por el rey de España,     que es católico y bueno—.
Desenvaina las espadas     y relumbran los aceros.
—Dejadme ir por la mía     que está en el macho trasero—.
A la primera descarga,     cinco derribó en el suelo;
los otros dos se escaparon     si no le hace lo mesmo.
Voces daba la ventera,     voces que claman al cielo:
—Que ha matado seis ladrones,     mi marido fue el primero.
—Cállese usted, la señora,      si no le hago lo mesmo.

Resumen de "El mozo arriero y los siete ladrones"

Un mozo arriero se encamina hacia la Mancha lujosamente vestido. Va acompañado de un buen número de mulas y porta una gran cantidad de dinero. En mitad del camino, le salen al encuentro siete bandoleros o soldados, que dicen no tener dinero. El mozo les asegura que no deben preocuparse porque él lleva de sobra. Más adelante, se paran en una venta y los ladrones le ofrecen el primer vaso de vino. El arriero lo rechaza porque está convencido de que es veneno. En ese momento, los mozos sacan sus sables o puñales. El caminante hace lo mismo y, como es buen luchador, asesina a cinco de ellos, mientras que los otros dos huyen despavoridos. La ventera, que en algunas versiones es la mujer de uno de los ladrones, comienza a pedir auxilio. Se presenta la autoridad, que prende a la ventera por haber intentado envenenar al mozo, mientras que deja libre a este. En  algunas versiones, el arriero escribe una carta al rey contándole lo sucedido; este se enorgullece de su valiente acción, ordena que lo liberen del calabozo y le concede una renta vitalicia. A veces, también le concede una renta a la ventera, que ha prevenido al mozo de la existencia del veneno. En otras versiones, el mozo arriero se encuentra con siete franceses sin dinero. En la venta, el mozo trata de brindar por el rey de España, pero los franceses prefieren hacerlo por el monarca galo. Desenvainan sus sables y el español mata a cinco de sus contrincantes. Escribe una carta al rey contándole los hechos. Este se alegra de que haya matado a los franceses