La serrana de la Vera

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Notas

La informante indica que el título de este romance es En la Garganta la Olla.

Bibliografía

IGRH: 0233

Otras versiones de "La serrana de la Vera"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 3866); Álvarez Cárcamo (2019: 15.2); Atero Burgos (2003: n.º 14); Cid (1974: n.º 12, 13); Cid (1993: n.º 17); Díaz (2007: D.7); Fraile Gil (2010: n.º 101); Fraile Gil (2016: n.º 53); Majada Neila (1984: n.º 74); Manzano Alonso (2003: pp. 393); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 47); Nieves Martín (2010: n.º 506); Pimentel García (2020: n.º 107); Piñero Ramírez (1996: n.º 15); Sánchez Miguel (1984: n.º 24); Suárez López (2009: n.º 223); Trapero (1985: n.º 41-49); Trapero (2000a: n.º 13); Trapero (2000b: n.º 10); Trapero (2003: n.º 5); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 17); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 47).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

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Transcripción

En la Garganta la Olla,     legua y media de Plasencia,
habitaba una serrana      alta, noble y sandunguera.
Vara y media de cintura,     cuarta y media de muñeca
y el cabello que llevaba     (y) hasta el zancajo la llega.
De que tiene gana de hombre,     se sube a las altas peñas;
de que tiene de beber,     se baja a pie a la ribera.
Vido venir a un serrano     con una carga de leña;
lo ha cogido de la mano,     no sabe dónde lo lleva.
Ni lo lleva por caminos     ni tampoco por veredas,
que le lleva por los montes,     por donde nadie le vea.
(………………………)     Ya llegaron a la cueva,
intentaron de echar lumbre     de huesos y calaveras.
(………………………)     Se pusieron a hacer cena
de perdices y conejos.     (………………………)
—Bebe, serranillo, bebe     vino de la calavera;
no está quitao que algún día     de la tuya yo lo beba—.
Se fueron a acostar,     le mandó a cerrar la puerta;
y el serrano, como es astuto,     se la dejó medio abierta.
Cuando el serrano notó     (………………………)  
que la fiera está dormida,     se ha dirigido a la puerta.
Ya llevaba siete leguas     sin rodear la cabeza,
y, una vez que la volvió,     vido venir a la fiera.
Ya ha echado un canto a su honda,     que pesaba arroba y media;
de la fuerza que llevaba,     le ha erribado la montera.
—Vuelve, serranillo, vuelve,     vuélvete a por la montera,
que es de hilo y paño y del fino,     y es lástima que se pierda.
—Si se pierde, que se pierda,     yo no me vuelvo a por ella;
cuando llegue, me hacen otra,     y si no, paso sin ella.
—Tu padre será el caballo,     tu madre será la yegua
y tú serás el potrillo     que relinche en esta sierra.

Resumen de "La serrana de la Vera"

Una serrana vive recluida en el monte. Cierto día, se encuentra con un leñador que viene de cortar leña o con un pastor o vaquero, o un cazador, y lo conduce hacia su cueva. En algunas versiones, el campesino observa que el camino está sembrado de cruces y calaveras; ella le asegura que son los cadáveres de las personas que ha matado. Una vez en la cueva, dependiendo de la versión, el muchacho pregunta por las calaveras que adornan su guarida o la serrana le ordena encender una lumbre con huesos humanos y le prepara una suculenta cena, a la vez que le sirve vino en una calavera. Una vez han cenado, la serrana prepara la cama y le pide al muchacho que cierre la puerta. Él, temiéndose lo peor, decide dejarla entreabierta. Cuando la serrana se queda dormida, aprovecha para huir, pero ella descubre el ardid y lo persigue con una honda, donde carga una pesada piedra que alcanza la montera del campesino. La serrana le aconseja que regrese a por ella, pero él prefiere seguir su camino. Ella lo maldice. Cuando llega al pueblo, la delata y las fuerzas de seguridad se internan en la sierra para darle muerte. En algunas versiones, la arrestan, mientras que en otras la asesinan o ella consigue acabar con la vida de todos los hombres que se echan a la sierra con la intención de matarla. En otras versiones, el muchacho emborracha a la serrana, que se queda dormida. Huye, pero ella lo descubre y consigue darle alcance, matándolo en el acto.