La mujer del molinero y el cura

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Notas

Esta versión se canta de acuerdo al siguiente esquema, que se repite en todos los versos: "Si usted me escuchara un rato / raqueteplán / le contaría el entremés / mira al tintín / mira al tintón / mira al tintín de mi corazón".

Anotaciones musicales

Partitura
Transcriptor de la partitura

Luis Moreno Moreno

Bibliografía

IGRH: 0461

Otras versiones de "La mujer del molinero y el cura"

Alonso Fernández y Cruz Casado (2003: n.º 25); Álvarez Cárcamo (2019: 21.3); Atero Burgos (2003: n.º 86); Checa Beltrán (2005: n.º 27); Fraile Gil (2013: n.º  54); Fraile Gil (2016: n.º 64); Manzano Alonso (2003: pp. 330-336); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 46); Moreno Moreno (2016: n.º 97-100); Pérez Rivera (2015: n.º 278); Pimentel García (2020: n.º 416); Piñero Ramírez (1996: n.º 83); Piñero Ramírez (2004: n.º 60); Piñero Ramírez (2013: n.º 82); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: p. 110); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 69); Schubarth y Santamarina (1984: n.º 159); Tejerizo Robles (2007: n.º 470); Trujillo Pacheco (2017: n.º 62); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 97); Vázquez León (1993: n.º 9).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

BAUTISTA RODRÍGUEZ, J. (2020). El cuento de Mariquita triqui traca (ATU 1730C*) y el romance de La mujer del molinero y el cura: cultura popular, anticlericalismo y biopolítica. Boletín de Literatura Oral, 10, 87-108.

HERNÁNDEZ FERNÁNDEZ, A. (2010). Romancero murciano de tradición oral. Entnografía y aplicaciones didácticas. En M. Masera y J. M. Pedrosa Bartolomé (Eds.), El jardín de la Voz: Biblioteca de Literatura Oral y Cultura Popular, 8. Universidad de Alcalá – Insituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM – Centro de Estudios Cervantinos.

MERINO MADRID, A. (2000). Fuentes literarias escritas para dos romances de la tradición oral de los Pedroches. En J. Criado Costa, Crónica de Córdoba y sus pueblos, VI, (pp. 345-355). Córdoba: Diputación Provincial.

REDONDO, A. (1983). De molinos, molineros y molineras: Tradiciones folklóricas y literatura en la España del Siglo de Oro. En Literatura y folklore (pp. 99-115). Universidad de Salamanca.

RÍO CABRERA, J. A. (1989). Líneas convergentes en la cuentística y en el romancero andaluz: los temas anticlericales. En P. M. Piñero Ramírez (Ed.), El Romancero. Tradición y pervivencia a fines del siglo XX: Actas del IV Coloquio Internacional del Romancero (Sevilla - Puerto de Santa María - Cádiz, 23-26 de junio de 1987) (pp. 553-558). Fundación Machado – Universidad de Cádiz.

Transcripción

Si usted me escuchara un rato,     le contaría el entremés,
lo que le pasó al tornero     un día con su mujer.
Que un cura la visitaba     y le pisaba los pies,
se lo dijo a su marido     y no sabían qué hacer.
—Convídalo pa esta noche,     que traerá bien de comer—.
Trajo un pavo bien dorado,     [¿pa tanta?] azúcar y miel.
Estando los dos cenando     la cena de fraile Andrés,
llamando a la puerta     y no sabían qué hacer.
—Fraile Andrés, que es mi marido,     ¿aonde meteré yo a usted?
—Méteme en aquel costal,     méteme en aquel fardel.
—¿Qué hay en aquel costal?,     ¿qué hay en aquel fardel?
—Hay un poquito de trigo     que ha caído que moler.
—Agarra el candil y alumbra     que ese trigo quiero ver—.
Descubrió pelo y corona     y un sombrero calañés.
—Dios lo guarde, mi amiguito,     que ha caído usted muy bien,
que tengo el mulillo cojo     y usted molerá por él—.
Lo engancharon a la una,     lo soltaron a las tres.
Al otro día de mañana,     a misa fue la Isabel;
al acercarse hacia la iglesia,     se ha encontrado a fraile Andrés:
—Fraile Andrés, vaya usted a casa,     que ha caído qué moler.
—Vaya el demonio y lo muela,     que bastante molí ayer:
me molí cahíz y medio;     fanega y media y después.
En los días de mi vida     no me ha engañado mujer
y me ha venido a engañar     la pícara la Isabel.

Resumen de "La mujer del molinero y el cura"

Un fraile quiere cortejar a la mujer del molinero. Esta se lo cuenta al marido, que le aconseja que se deje querer siempre que le traiga comida. Cierto día, el padre se presenta en el molino con un pollo rebozado en azúcar y miel. Mientras están cenando, toca el molinero a la puerta. El cura le pide a la mujer que lo oculte en un costal y lo arrime a la pared. Cuando marido y mujer se disponen a comer, este repara en el saco. Aunque ella asegura que es trigo, el molinero se acerca para comprobar el contenido y descubre el sombrero o la corona del cura. Como castigo, el marido lo unce al molino para que haga el trabajo de su mula, que está coja. Al día siguiente, la mujer del molinero acude a misa y le propone al cura que vuelva a visitarla. Él la maldice y asegura que nunca más será engañado por una mujer.