La vida de los casados

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Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 1228r

Notas

Esta versión se canta siguiendo este esquema, que se repite en todos los versos: "Señores, os voy a contar, / señores, os voy a contar / la vida de los casados, / ¡ay, ay! / la vida de los casados".

Anotaciones musicales

Partitura
Transcriptor de la partitura

Luis Moreno Moreno

Bibliografía

Otras versiones de "La vida de los casados"

Atero Burgos (2003: n.º 97); Fraile Gil (2016: n.º 36); Moreno Moreno (2016: n.º 106); Pimentel García (2020: n.º 418); Piñero Ramírez (1996: n.º 94).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Señores, os voy a contar     la vida de los casados.
Cuando mozos, son humildes,     costeados y bien hablados,
que cortejan a la dama     con el sobrero en la mano.
—¿Te quieres casar conmigo?     Verás qué bien nos llevamos—.
Ella le dice que sí,     no conociendo el engaño.
Y, al otro día de mañana,     fue a ganar catorce cuartos.
A la noche, cuando vino:      —¿Qué me tienes de cenar?
(.............................................)      —El dinero que me has dado.
—Catorce cuartos te di,      dime, ¿en qué los has gastado?
—Medio kilo de manteca     y un cuarterón de pan blanco.
—¿Cómo has comprado manteca?     Haber comprado garbanzos
y haberme puesto un potaje     aunque fuera mal guisado—.
Él le dijo: “puñetera”                 y ella le contestó: “ganso”;
él le ha dado una guantá     y ella le dio un silletazo.
Al otro día fue a su casa     con los hocicos hinchados
y le pregunta su madre:      —Dime lo que te ha pasado.
—Que el ganso de mi marío     esta noche me ha pegado.
—¿No te lo decía yo     que no te hubieras casado?
Que los hombres de hoy en día     son burros aparejados
que cuando van por la calle     cagajones van echando
y con los cuernos que llevan     van derribando tejados.

Resumen de "La vida de los casados"

Los mozos se muestran corteses y educados con sus novias y les prometen felicidad durante el matrimonio. Sin embargo, después de casados, todo cambia: se vuelven viciosos y, cuando regresan a casa por la noche, riñen a sus esposas porque se han gastado la escasa cantidad de dinero que les han entregado. Aunque estas justifican que lo han invertido todo en alimentos y otros útiles necesarios para la casa, ellos las cuestionan. En algunas versiones, las esposas reciben una paliza por este motivo. En ocasiones, estas se quejan a sus madres de las calamidades que están pasando y ellas les contestan que ya les advirtieron de las consecuencias del matrimonio, ya que consideran que los hombres de hoy son unos brutos.