[Recopilador:] Aquí hubo una panderetera, porque yo conozco una señora que se llamaba Eusebia Rico. 

[Sergio:] ¡Sí, hombre, claro, sí! Que está ya muy vieja, está ya muy vieja. ¡Sí, hombre! Y sabía muchas coplas, no se acordaba | sí, muchas coplas. La madre de Angelillo. Además, que cantaba, que cantaba muy bien, ¿eh?

[Informante desconocido:] Está muerta, ¿eh?

[Sergio:] ¡No creo! No, no, hace poco tiempo la he visto yo, he estao…, he estao yo con ella.

[Recopilador:] Tiene que tener noventa y seis años. Sí. Pues esta señora, la Eusebia, me ha hablado mucho de eso. Ella era de Nava del Rey, pero se casó con un mulero y…, y le mató una mula en Nava del Rey, y se vino entonces a Rueda. Y aquí, pues tuvo los, los | Vamos, mantuvo a la familia como pudo o lo que fuera, y estuvo con un tío que era cura, me parece.

[Sergio:] Sí, ella se llama de apellido Rico.

[Recopilador:] Rico Vicente. Eusebia Rico Vicente.

[Sergio:] Bueno, bueno, verá usted, verá usted. Y el marido, de apellido es Fraile. Esto, esto no es un cuento, lo que voy a contar es cierto. Lo del Angelillo. Es un chico de una quinta después que yo. Un hijo de ella fue conmigo a África, pero otro que tiene más joven es de una quinta después de la mía, que se ha muerto ahora hace poco tiempo el muchacho, era un chico. Y ese muchacho, cuando… el desastre de Guadalajara, la compañía de él la cogieron prisionera toda ella, el enemigo, sí, señor. Y fueron allí: —A ver, otro, vuelta, el otro, usted, ¿cómo se llama?—. Yo, Fulano de tal—. El otro, Fulano de tal. Dice: —Yo, Ángel Fraile Rico—. Dice: —¿Cómo? ¿Ángel, fraile y rico? ¡Este tío darle que no sé qué!—. ¡Y decía que lo mataba! ¿Verdad que sí? Sí, sí, sí, sí. —¡Ah! Que es fraile y rico, ¿cómo?—. Sí, sí. Era el segundo hijo, el segundo hijo de esa mujer. Y este que he hablao yo, cantaba, cantaba el Rico muy bien.